sábado, 27 de diciembre de 2014

Si yo supiera dibujar poesía:



Si supiera dibujar te retrataría cerca del mar, ese que fue testigo de nuestro primer besar. Pintaría esas olas que se tiñeron de plata por los haces de luz de la luna. Evocaría esa arena templada que aún conservaba el calor de la mañana. Dos gaviotas nocturnas agregaría, solo por el capricho de que sean mensajeras de la felicidad embriagadora que aquella vez nos invadía.
Quizás pienses que es una tontería dado que mi métier es narrar historias y no pintar poesías. Pero es que por una sonrisa tuya, manos a la obra metería, aunque lo que salga no sea más que un monigote destartalado que nos haga estallar en risas.
Sabes de una parte para aquí me he vuelto muy buena con el humor, quizás sea a causa del calor que irradias. También me he sentido más segura, producto del valor que me regalas.
Cambiaste cada rincón de mi estructura natural con una sola mirada. Se mezclaron dudas y certezas en un juego de encrucijadas. Se enfrentaron  espejos con distintos reflejos de un mismo «yo». Ganó la partida un corazón sin disfraz y un rostro sin antifaz, que me mostraron tal cual soy.
Libre de ataduras y etiquetas. Libre de aquella hipocresía en la que pretendía edificar mi final feliz. Libre de reproches que no me dejaban vivir. Libre de elegir lo que en verdad deseo para mí.
Mi cuerpo creció cuando por primera vez te sintió, y con él mi horizonte se extendió. Mis ojos ven más allá de lo que señalan invisibles tules, y corren velos cuando se duerme el sol.
La luz que nos baña en la mañana sabe que anoche una hemos sido. No nos juzga, ya que eso no tiene sentido, pues es el amor el que nos ha sorprendido.
«Distinto», «nuevo», palabras que adquieren real significado para mí. Comienzo a creer que antes me encontraba dormida y que ha sido gracias a ti que he despertado.
Mis manos se sienten fuertes para dar y mis piernas están firmes para saltar ese abismo que ayer me daba miedo. Siento menos peso en mis espaldas y se me escapan más sinceras carcajadas.
Quien dijo que «una mirada vale más que mil palabras», sin dudas se encontró con una igual a la tuya. Una que rompe esquemas, secuestra madrugadas y teje un sinfín de aventuras. Esas que saben desnudarte el alma y anticipan cada jugada. Esas que transmiten lo que la boca no se atreve a decir, y que te dejan tan vulnerable que solo puedes tímidamente sonreír.
Por eso le agradezco a Dios que te hayas cruzado en mi camino, enseñándome a ser yo con mis virtudes y defectos; con mis simplezas y mis complejos. Con ese aire de emperador, pero que como un niño guarda cierto temor. Con cierta dosis de genio que tiene su propia voz, con ciertos toques de locura que saben en cada momento amargo mitigar el dolor.
Un tanto sobreprotectora cuando de mis cosas se trata, celosa de esas que se enojan y fingen no dirigir la palabra; pero que con un té o una tonta ocurrencia puedes hacer cambiar de parecer. Tierna y fiera, orgullosa y testaruda. Gentil y elegante si me lo propongo. Romántica y sincera, tenaz y un tanto aventurera.
Tengo magia para escribir historias y regalarte un final feliz, tengo manías que espero no te hagan huir y deseos locos que se quieren hacer oír. También poseo algunos sueños rotos y una vieja melodía para violín, junto con metas a lograr y ganas de vivir.
Hay en mi algunos demonios que no he sabido discernir y que solo esperan convivir con los que tú no te animas a admitir. Y es que así hemos de ser, dos almas buscando renacer, dos corazones libres dispuestos a perderse en el anochecer cuando todo se adormece.
Y es entonces que construyo puentes que unen fuentes de esencias transparentes que no se fijan en envases ni en gentes. Se elevan sentimientos y se nublan los pensamientos, cuando mi pluma sigue el deseo de mis dedos y recorren con letras cada rincón de tu cuerpo.
Ya llegará el momento de concretar nuevamente nuestro encuentro, de coronar realidades que se sentían lejanas y que nos venían negando desde hace tiempo.
Y cuando me veas llegar, contémplame un momento y deja que me recree en tu mirada, como la primera vez que me tope contigo. Deja que sienta ese frío de verme desnuda aún teniendo vestido. Quiero sentir que estoy viva antes de morir en tus brazos. Quiero un instante de cordura antes de que gane la locura de tus labios. Quiero desnudarte el alma antes de quitarte la ropa y recrearme tu imagen de piel fresca, antes de que con mi pasión vaya a enrojecerla.
Y así en estos instantes sé que eres la constante que mantiene en vilo mis pensamientos, que se cuela en mis sueños, que aviva mañanas y las noches ilumina. Por eso es que te amo un poco más cada día y no me da miedo decir que eres el amor de mi vida.

Alexiss Mocçia®     

(El crédito de la imagen no es mío)

martes, 23 de diciembre de 2014

Soy esta que ves:



Soy esta que ves,
femenina y masculina todo la vez.
Delicada en el sentir,
elegante en el vestir.


Ruda cuando se trata de defender mi criterio, mi tradición,
mi familia, mi educación
mi sueño y mi pasión.


La palabra justa,
la verdad incomoda,
salen de mi boca
según las provocan.


Tengo el paso firme
y la mirada ardiente.
Tengo un corazón que se va quitando el disfraz,
y ante mi espejo virtual me muestra sin antifaz.


Y luego se traslada a lo real,
aquello que me daba miedo confesar ayer.
Y descubro que siempre quise saber,
lo que se siente el verdadero querer.


Aquel que te hace el alma arder,
que te deja sueños con los que no sabes que hacer,
que despierta esa pasión dormida
y tu mirada domina.


Y hoy he descubierto todo eso en el mirar de una mujer,
en aquellos ojos en los que se reflejó mi verdadero ser.
Allí me vi tan desnuda como lo estuve al nacer,
y comprendí aquello que todos llaman crecer.


Me sentí diferente.
Me sentí coherente.
Me sentí viva.
Me sentí más yo misma.


Quizás no era lo que se esperaba de mí, pero tal vez estaba contemplado en mi destino.
Quizás siendo la de ayer no hubiese seguido este camino,
pero no es algo que yo haya elegido
sino más bien algo que se ha topado conmigo.


Y aunque todo parece teórico,
se siente más real que el olvido.
Y aunque todo es tan nuevo e inquietante,
parece que más osada me encontrase.


Valentía que me invade.
Armonía que estremece.
Equilibrio que adormece.
Y claridad que fortalece.


Gira de nuevo un mundo detenido.
Gira con renovado propósito.
Gira en un sentido distinto.
Gira con la fuerza de un remolino.


Pero no me asusta lo que depare el futuro
porque tengo un plan seguro:
Disfrutar cada segundo de mi «yo» real,
que esconderse ya no quiere.  

Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)

viernes, 19 de diciembre de 2014

Siete lunas:



Siete lunas
dibujan en la noche siluetas
que danzan con las sombras
 de este triste poeta.


Nueve musas
le regalan estrofas
que entona en la penumbra
mientras se le desgarra el alma.


Se ha perdido
en sí mismo,
y solo lenguas muertas
le recitan cosas buenas.


En una mentira ha vivido
creyendo que solo en el cielo está el paraíso.
A jugarse por sus sueños no se ha atrevido
y en el miedo se ha rendido.


Si pudiera le daría mis alas.
Si pudiera alejaría sus penas.
Si pudiera le inventaría ganas
pero a él ya no le llega nada.


Vive ajeno a todo
pues roto esta por dentro.
Y es por eso que las siete lunas lo han tomado por loco,
y le regalan fantasías para entretenerlo un poco.


Todos quisiéramos su sabiduría,
pero preferimos quietud sin osadía
y nos refugiamos en la mísera caricia
de una causa perdida.


Y así como él
nos estacamos sin saber,
el potencial que podríamos tener,
 pues nos doblega el temor a perder.


Y entonces las siete lunas
venden para nosotros siete mentiras
que compramos para disfrazar la agonía
de no ser valiente siquiera un día.

Alexiss Mocçia®

(El Crédito de la imagen no es mío)

lunes, 15 de diciembre de 2014

Te acuerdas querida amiga:



Te acuerdas querida amiga
cuando nos dijeron que parecíamos pareja,
pues déjame decirte que ahora no me parece tan loca esa teoría
aunque la verdad tras ella sea bastante compleja.


Quién diría
las vueltas que tiene la vida
pues ahora que ambas somos parecidas
en ti para este sentimiento no hay cabida.


Es una triste ironía
que caiga en cuenta que te quería
cuando ya tienes a alguien en tu vida.


Es un cruel castigo
que tendré que llevar conmigo
por consciente de mis emociones no haber sido.


Tiempo atrás,
se hubiese escuchado un vals
acompañando esas palabras
que ya es tarde confesar.


Pero hoy solo se oye un violín,
que anuncia que te perdí.
Y aunque no lo parezca quiero que seas feliz
incluso si es sin mí.
Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)

martes, 9 de diciembre de 2014

¿Te importaría?


¿Te importaría si te beso?
Que va a importarte si para vos esto no es más que un juego.
No va a molestarte un beso, dos o tal vez tres.
No tendrá relevancia si es un beso de él, de mí o de aquel.


¿Te importaría concederme este baile?
Que va a importarte si para vos no sos de nadie.
Puedo tomarte yo, aquel, e incluso tu amigo infiel ;
mas nadie debe olvidar que tu esencia es como la hiel.


¿Te importaría si cometo el pecado de tocarte?
Que va a importarte si te sientes una obra de arte.
Sabes que a todos con tu andar enciendes,
pero logras con una mirada decir que solo contemplarte pueden.


¡Qué descaro!
el de mi corazón desbocado,
que tras un error no calculado
se halló de ti prendado.


«¿Te importaría si hoy te hago mía?»
Se escapa esa propuesta sin querer de mis labios.
«Creí que tendría que esperar para eso toda mi vida»
Contestas ante el asombro de mis ojos lujuriosos.


Me miras divertida.
Me tocas de manera indebida.
Me sonríes toda encendida.
Y me besas más que decidida.


Y ahora sé que si te importaba
quién te besara,
con quién bailaras
y quién te tocara.


Ahora sé que por una mujer
que te sepa querer
sin pensar en el mañana,
tú esperabas. 

Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)

martes, 2 de diciembre de 2014

Un viaje en bus:



La música sonando en mi reproductor,
imágenes sucediéndose en la ventana de un bus.
Mi sonrisa reflejada en el espejo retrovisor,
y un rayo de sol regalándome su luz.


Desconectada del mundo,
sumergida en recuerdos e imaginación.
En la garganta un grito mudo,
 que se vuelca en el papel en forma de inspiración.


Suenan dulces canciones
que hacen vibrar al corazón
y se superponen a las discusiones
de los pasajeros ingratos.


Y en medio de todo tus ojos
esos que me encontré sin querer
cuando desvié mi mirada del pequeño espejo
y en la gente que comenzaba a subir me concentré.


¡Qué sorpresa fue!,
el verte sonreír después
regalándome una mañana cálida
con aroma a casa.


Si no fuera por la parada que llega
me atrevería a dirigirte la palabra.
Halagaría tu sonrisa
y luego pediría disculpas por mi osadía.


Quizás te provoque risa
con mis tonterías
y te invite un café,
si logro convencerte de mi buena fe.


Pero el timbre suena
pronto he de bajar en mi destino.
Te dedico una última mirada risueña
 y pienso que quizás te vuelva a cruzar en el camino.

Alexiss Mocçia®


miércoles, 26 de noviembre de 2014

En otoño


En el otoño he nacido
y el viento mi cuna ha mecido.
Son las hojas secas el color de mi pelo
y las raíces en la tierra la que tiñen mis ojos.


Son mis emociones grises remolinos
y mis aspiraciones fuertes torbellinos.
Es mi hobbie escribirte,
mientras la mañana de oro se viste.


Es un hábito dedicarte el amanecer
y soñar que contemplas conmigo el atardecer. 
Has hecho de mí una romántica,
en toda la extensión de la semántica.


Si me vieras ahora subida al bus
 escribiendo frases inconexas
en un intento de enviarte luz
allí donde te encuentras.


De seguro reirías
aconsejándome que deje de ser idílica,
que amores de cuento no se ven en nuestros días
y que es mejor aprovechar los atisbos que encuentres de alegría.


Pero por tus ojos claros
bien vale el esfuerzo
de intentar alcanzar tus manos
aunque la realidad caiga en mí con su peso. 

Alexiss Mocçia®


viernes, 14 de noviembre de 2014

Sin miedo

(El crédito de la imagen no es mío)


Perdida en el mar de tus ojos,
juntando de mi los despojos
de un corazón vuelto trozos.

Pienso que todo sabe a poco,
que el mundo está loco
y que no hay en la vera ni un solo punto de apoyo.

Siento que en mi las cosas cambian,
que aquello que me calma
y mi mente aclara
el destino lo ha dejado en tu alma.

Por eso sin miedo
suelto mi pasado.
Por eso con tino
arrojo de nuevo los dados. 
Alexiss Mocçia®

lunes, 3 de noviembre de 2014

Mi propia voz:


Otra vez la angustia en mi pecho recordándome la soledad que siento. Y aunque dije que esperaría el amor tan paciente como quien espera que el otoño se vuelva primavera, no puedo evitar que me embargue la pena.
Y me pregunto si habrá alguien para mí, bajo este sol de abril. Quizás uno de esos hombres que no me supieron en el pasado ver. O tal vez una de esas mujeres que me roban el aliento en sueños aunque yo no sepa aún bien el porqué.
Es aquí que veo que soy una muñeca rota, esas de porcelana que alguna vez fueron gloria y hoy son nada. Y entonces me doy cuenta que no me diferencio de aquel Pierrot que entre calles añejas habla del dolor que hay detrás del amor.
Elevo entonces una canción al vacío preguntándome quién soy, y me vuelve un eco silencioso que sabe a frío. Nadie a la vera de esta triste soñadora con alma de niña loca.
Nadie en la senda de esta joven mujer con ansia de querer, corazón de poeta y voz de trompeta.
Y suena a lo lejos un ruiseñor que se acopla a la canción de un viejo trovador que con mandolina y ron, nos habla de la derrota y el sinsabor.
Y en la vera de este mar voy llenando mis pulmones de sal. Y en cada respiro siento que vivo y en el mecer de las olas vibro.
Solo pies caminando en la orilla. Solo ojos perdiéndose en el horizonte lejano. Solo congojas que riegan lágrimas en mis mejillas. Solo un grito ahogado que no sabe llegar a ningún lado.
Y en medio de todo un corazón que late, que desea que sepan que arde. Un corazón que le dice a mi cuerpo que aún no es tarde, que no baje los brazos, que alce vuelo y busque el amor.
Y una voz que bien puede ser mi madre o Dios que clama; «Se libre, se vos». Una voz que se lleva el miedo de mostrarme tal cual soy, de abrir de par en par las puertas de mi corazón y de alzar de nuevo mi propia voz.    

Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)

lunes, 20 de octubre de 2014

Pequeña Ariadna: (A mi madre que me inculco el amor por la lectura)


¿Qué «Vuelta de tuerca»
espera al final del camino?
¿Qué «Rebelión en la granja»
marca mi destino?


¿Es «Un mundo feliz»
el que me espera contigo?
¿o «La vuelta al mundo en ochenta días»
que nunca termina?


¿Eres aquel «Romeo con su Julieta»
u «Otelo en una rabieta»?
¿Eres « El Mercader de Venecia»
o « La Reina Malvada»?


¿Qué papel juegas
pequeña Ariadna?
¿Buscas «La isla del tesoro»
o las «20.000 leguas de viaje submarino»?


¿Son tus «ojos como los del perro siberiano»
o del color de «Estudio en escarlata»?
¿Sabes de «La importancia de llamarse Ernesto»
o del «Caballero de la armadura oxidada»?


Dime pequeña Ariadna
¿has oído del «abanico de Lady Windermere»
o de la «Querida Alejandría»?
¿Llegaron a tus oídos las «Memorias de Adriano»
o los avatares del Mío Cid?
¿Te unirías al «Don Quijote»
o preferirías ser un Hobbit?


Dime que con esto entenderás por qué esta «Prohibido suicidarse en primavera»
y no tentar a «La Dama del Alba».
¿Acaso pretendes visitar «La Casa de Bernarda Alba»
o le harás caso a mamá y volverás a la cama?


Sigue mi consejo pequeña Ariadna
deja ese cuento para mañana
descansa hoy de emociones y fantasmas
y permite que te arrope con esta tierna nana.

Alexiss Mocçia®

martes, 30 de septiembre de 2014

Al fin regresé:

(El crédito de la imagen no es mío)


Saliendo de la ducha
me entrego a mi propia lucha.
E imagino que tú ya lo sabes,
pues me conoces más que nadie.


Veo con desprecio el cuerpo que en mi cama yace
y me preguntó por qué fui tan tonta ayer.
Y otra vez te logro en mi mente ver
diciéndome «Eso te pasa por no saber perder».


Me acerco a la ventana,
esperando que el frío viento traiga algo de calma.
Y me enojo porque tengo que darte la razón,
me da miedo y pavor perder el control.


Contigo lo pierdo todo;
 y no queda más que miedo en mi saco roto.
Pero otra vez vuelve tu voz diciendo «Revisa mejor»,
y caigo en cuenta que lo que en realidad queda es amor.


Maldigo la forma que tienes de moldearme a tu antojo.
Maldigo tus carnosos labios que me dejan hecha un manojo.
Maldigo tus manos experta que logran dejarme despierta.
Y maldigo ese «Te amo» con el que, después de nuestra entrega, me arropas


Maldiciéndote me voy vistiendo;
y recorriéndote con mis dedos te pienso.
Entonces caigo en cuenta, que tú eres mi cielo
y yo soy tu templo.


Corro o vuelo
a nuestro adorado encuentro.
Corro o vuelo
con miedo a que te hayas marchado.


Tomo temblorosa la llave
de debajo del carmesí tapete.
 Entro sigilosa a tu departamento
y te encuentro contemplando, por el gran ventanal, las luces sobre el tejado.


Sentada sola,
allí en la penumbra,
te me presentas como una sublime obra de arte
y tengo miedo de romperte al abrazarte.


Pero las ganas pueden más,
y te asalto por detrás.
Sé que sabes quién soy y sonríes de par en par
por lo que no me sorprende que nos estemos a punto de besar.


Beso que en mí dice
«Al fin regresé»,
y en ti narra
«Bienvenida a casa».


Y al girarte completamente hacia mí susurras,
ese «Te amo» que arrulla.
Y esta vez yo respondo,
«También te amo» perdiéndome en el brillo de tus ojos.

Alexiss Mocçia®