miércoles, 18 de julio de 2018

Cada año nuevo:




Una copa de sidra
y las doce pasas de la vida.
Se rememoran días,
mientras los villancicos nos contagian alegrías.

Si piensa en el brindis
y yo pienso en mi dulce desliz.
Y es que quien iba a decir
que con un beso robado iba ser tan feliz.

Sonrío al intuir,
que tú también piensas en mí.
Pero la realidad me hace frágil
ante ese mensaje tuyo que reza «ojala estuvieses aquí».

No quiero llorar en noche de fiesta
pero es real que quisiera estar en donde tú estás.
Nada está completo sin tu voz
y nada me gusta más que hacer las cosas de a dos.

Suena las doce en el reloj de péndulo.
Alzo la copa y digo «Salud» sintiendo que se me forma un nudo.
Tomo de un sorbo ese dulce líquido
y pienso en tu ambrosía que es mi dulce delirio.

Nos faltan tantas caricias
que no nos queda más que invitarnos otras vidas.
Pero esto que hoy toca lo quiero contigo
porque una en dos, desde hace tiempo, hemos sido.

Nos faltan tantos besos
que en cada año nuevo escribimos promesas en un álbum de deseos.
Y yo guardo algunos «te extraño»
que a veces cuelo en el viento.

Sé que te reirías
de estas ocurrencias mías,
pero las tuyas sumarías
porque te sobra picardía.

Y en eso vamos día a día
robándole páginas en blanco a la rutina,
para escribir con alegría
la historia de tu alma y la mía.



Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)