miércoles, 25 de marzo de 2015

Reflexiones de un miércoles nublado a causa de cierto episodio recurrente:



Las siglas son LGBT porque tratar mal o menospreciar al colecticio bisexual y decir cosas como que no saben lo que quieren o no se han definido. ¿Nadie puede pasar toda su vida siendo bisexual a pesar de estar en pareja con alguien de su mismo sexo?. ¿Tenemos que regirnos si o sí por etiquetas?, ¿tenemos que discriminarnos dentro de la misma comunidad?. Creí que por ser diversos, diferentes tendríamos la mente un poco más abierta pero parece que no es así. Los prejuicios existen y se acarrean a todos lados cuando perdemos de vista el ser tolerantes, el respetar al otro cómo es y no intentar cambiarlo. Ya de por si, no creo que ser bisexual merezca comentarios como que la pareja ideal para ellos sea un hermafrodita, ni tampoco suponer de una que van a ser infieles solo por que les «atrae» ambos sexos. Creo que deberíamos centrarnos en ese aspecto en particular «atraer», es decir que a los bisexuales les parece atractivos, les llama la atención, les sube la libido si queremos decirlo de manera más coloquial ambos sexos. Pero a la hora de estar en pareja no creo que estén pensando ni en etiquetas ni en salir corriendo tras un hombre si saliesen con una mujer,  o tras una mujer si saliese con un hombre. Tampoco que salga a la vez con personas de ambos sexos, pensemos que la fidelidad tiene que ver con los sentimientos no con la sexualidad. Y también considero que si ellos han salido del armario diciendo que son bisexuales y quieren mantenerlo durante toda su vida, aunque se hayan juntado, estén conviviendo o incluso se hayan casado con alguien de su mismo sexo; tienen el derecho de hacerlo. Porque no creo que ninguno de los demás cambien sus etiquetas a «asexual» por pasar cierto tiempo sin tener relaciones o priorizar las emociones antes que el contacto físico, por lo menos en las primeras semanas de una relación por dar un ejemplo ¿o me equivoco?. Lo que busco con esto, que seguro hiere susceptibilidades, es tratar de que pensemos en el respeto al otro más allá de las etiquetas que pretendamos llevar, o nos hayan tocado en suerte. Somos personas que aman personas más allá del género, de la etnia o de la religión; por lo que discriminar a quien es diferente no es una buena opción y menos dentro de la comunidad que supuestamente lucha por los derechos de los colectivos L (lesbianas), G (gays), B (bisexuales), T (Transexuales) y demás. Las letras están por algo no nos olvidemos de eso.  

(El crédito de la imagen no es mío)

sábado, 21 de marzo de 2015

Mis cadenas:


Mis demonios y mis fantasmas
que están debajo de mis sabanas
son la condena que me atrapa
y forman las cadenas de mi alma.


Lo que dije y lo que callé
lo que omití y lo que realicé
es lo que en las noches no me deja dormir
y el invierno es frío si no estás aquí.


Caí en la cuenta que he caído tantas veces
que creo que el suelo me ama con creces.
No hace falta que te diga que pienso sandeces
al menos una vez al mes.


Sabes de sobra que hago broma entre las cosas serias
y eso es para que no me ahogue la pena.
No mires raro, siento hoy más que ayer el peso de mis cadenas
y aunque quiera gritar las palabras se me vuelven arena.


Es que si supieras bien lo que temo
entenderías lo que siento
pero ahora solo tengo de testigo al viento
como mi fiel consejero.


No hay soles en mi esquina,
y la luna se muestra conmigo esquiva.
Se cansó de recordarme que estoy viva
y que hay esperanza todavía.


Pero el universo que nos cobija
dejo abierta una rendija
por donde mi cadenas
se encontraron con tus tijeras.


No es que hayas borrado mi pasado
solo es cuestión de que ahora paseo de tu mano.
No es que se han roto todas mis cadenas
solo es cuestión de que es más llevadera la condena.


No es que se me haya ido el insomnio
es que lo comparto contigo.
No es que haya dejado de sentir miedo
es cuestión de que te siento conmigo.


No es que se haya ido el dolor
es solo que contigo todo es un poco mejor.
No es que vea en rosa
es solo cuestión de que ya no estoy sola.


Mis cadenas están aquí.
Mis fantasmas todavía piensan en mí.
Mi condena está ahí
Y mis demonios aún se burlan de mí.


Pero muchas cosas tienen sentido
desde que me crucé contigo.
Y muchas cosas se ven distintas

desde que volamos juntas.

Alexiss Mocçia®

 
(El crédito de la imagen no es mío)

jueves, 19 de marzo de 2015

Entre lo idílico y lo real:




No soy de reflexionar en mis cumpleaños o bueno si desde los últimos años más que nada porque no había otra cosa que hacer, que pensar. No los festejaba desde hacía 5 años, pues no creía que algo tuviese que ser festejado.
Este año fue diferente porque las personas a mi alrededor me dieron motivos suficientes para apreciar este día, para celebrar la vida. Me animaron a sonreír con ganas, empezando por mi hermana que se tomó la molestia de armarme una sorpresa que me lleno el alma, todo en complicidad con mi papá al que también le agradezco mucho.
Mas lo que me tiene aquí escribiendo una reflexión, que de seguro termina en testamento, es ver qué ha sido de estas 26 primaveras. Y llego aquí a vislumbrar que he vivido entre lo idílico y lo real.
Tiendo a idealizar es cierto, porque soy de las que cree que el amor es hermoso, que la esencia del ser humano es ayudar al otro. Soy de las que le gustan los abrazos con emoción, de esos que no das todos los días, las miradas largas y las risas compartidas.
Creo en hadas, duendes, Dios y el poder de las palabras. Pienso que todavía existe la lealtad, el amor a la verdad y la justicia. Que el pecado más grande es la soberbia y el no haber amado nunca. Y que el corazón más helado puede derretirse con una caricia.
Creo en la inocencia de un niño, en los consejos de las madres y abuelas, en los regaños de los padres y en las rabietas de un adolescente. Confío en el que te da la mano acompañando el gesto con sus ojos. Y creo que tras un corazón ennegrecido aún habita la luz.
En eso soy idílica y no lo pienso cambiar. Porque con eso escribo historias que llenan de ánimo a muchos, que les ayuda a escapar por un rato de los rudos desafíos que te pone la vida. Y me ayudan a mí con mis fantasmas y mis demonios. Me devuelven la palabras de mi madre, las tardes de domingo paseando por ahí. Los mates con mi hermana mientras filosofamos de todo y de nada. Charlas con amigos, mi risa de niña, mi alma de soñadora y la inocencia que no se agota.
Sin embargo también he vivido en lo real, sé de perdidas, de heridas y de soledades. De no sentirse útil, de no saber para qué se vino al mundo. De no sentir que se lo quiere y agarrarse con el primero que se cruza. De callar cuando había que gritar, de no luchar, de no decir adiós a tiempo. De cambiar para agradar, de ocultar quien soy, de mentir para no herir y también para vengarse.
Sé que hice cosas que hirieron a otros, que mi hermana sufrió mucho por mi causa, que la soberbia anidó bastante en mi casa y que aún ronda por la esquina. Que a veces he sido intolerante, y no sabido qué hacer con el temperamento y pensamiento del otro.
Aprendí de golpes y caídas, y aún me falta bastante recorrido. No soy tan fuerte como quisiese y sé que sin el apoyo de mi familia estaría perdida. Hice de mi fe mi estandarte y mi bandera, la fuerza que me mantiene viva y me impulsa adelante.
Tuve que llorar para saber que en las malas encuentras las mejores salidas, que los amigos son para toda la vida si los sabes distinguir de entre falsas investiduras. Aprendí que mi rima mejoró al crecer, al liberarme, al mostrarme tal cual soy.
Aprendí de mis amigos, de mi hermana, de mis padres y de mis amores perdidos. Todos han sido mis maestros y a todos les estoy agradecido. Para mí son ángeles que se cruzaron en mi camino, y no porque sean perfectos sino por esas imperfecciones que los hacen únicos, singulares, auténticos.
Cada uno dejó su huella y muchos la siguen dejando. Aprendo de sus errores, aprendo de sus certezas. Aprendo a verme, a vislumbrar mis defectos y mis virtudes, a pedir perdón, a perdonar y a perdonarme. Aprendo a olvidar y dar vuelta la página, a la vez que recordar para no volver a caer o para sentir un abrazo de ayer que me ayude a crecer.
Veo, gracias a ellos, mis errores y mis miedos; los invito a pasar a sentarse en mi mesa y conversar. Es una negociación de nunca acabar, que me dice estás viva, celebra, salta, canta. Levanta la cabeza, pon en marcha tus pies, hay camino y hay fe.
Por eso a todos los que se han cruzado conmigo alguna vez, que coincidimos en un café, en una charla, o en el face; les doy gracias. Hoy soy un poco mejor que ayer, hoy tienen sentido las palabras que me dijeron una vez: «Se vos, se libre».
Y  a los que siempre han estado conmigo les digo no me alcanzará la vida para devolverles todo lo que me han dado, pero con estas palabras les doy gracias infinitas por no bajar los brazos conmigo, por elegirme como hermana, como hija, como amiga. Les debo a todos la vida, y no es exagerar porque para alguien que escribe se renace en cada día que comienza, con cada nueva página que se escribe y se piensa.
Por muchas más vida juntos, por muchos renaceres distintos, divertidos, únicos, auténticos, emotivos en donde se entrelacen lo real y lo idílico.


Con amor un Panda escritor.


(El crédito de la imagen no es mío)

martes, 3 de marzo de 2015

Que me falte todo menos tú


¿Y si pierdo este hábito de hablar horas contigo?, ¿y si pierdo esa complicidad de miradas que te lleva lejos sin saber qué hacer?, ¿y si pierdo la posibilidad de ser feliz otra vez?. ¿Y si me corazón se convirtiera en hielo?, ¿Y si se me muriera la voz de nuevo?, ¿y si dejaran las palabras de ser mi metier?. Dime ¿acaso estarás ahí para devolverme lo que tuvimos alguna vez?, ¿cobijarías mis miedos y me dirías que todo estará bien?, ¿podrías volver a adorarme si me pierdo para no volver?. ¿Serías mi hogar de nuevo?, ¿serías ese beso sin el que no puedo vivir?, acaso ¿estarías dispuesta a quedarte conmigo tan solo viendo llover?. ¿Podrías guardar el secreto de mis labios?, ¿no reírte de mis delirios?, ¿y saber que compartiendo un té logras cambiar mi parecer?. Te susurro esto mientras creo que duermes, pero de repentes abres los ojos y me miras. te acercas a mis labios y los besas con devoción y me decís «No crucé el mar para rendirme ante el primer obstáculo que se nos presente. Y si tú me quieres como demuestran tus actos, ten por seguro que no te dejaré caer. Eres ese tesoro que jamás pensé encontrar y no pienso dejar que una simple lluvia se lleve lo que ambas soñamos crear. Así que ven a mis brazos y deja de pensar que esto se acabará. Si llegas a perderte te besaré hasta el alma con tal de hacerte volver». Y lo hace, me abraza fuerte y me besa para dejarme claro que siempre estará, que ambas vencimos la distancia y que ningún obstáculo que se presente podrá acabar con el profundo sentimiento que hay en nuestro mirar. Sé ahora que si una cae la otra la levantará, porque lo que sentimos es real...

Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)