jueves, 29 de agosto de 2013

La Piedra Ancestral


Hace tiempo en un campamento scout, mientras caminaba por la orilla de la laguna Llum, algo que resplandecía a la luz del sol, llamó poderosamente mi atención.
Me acerque y tomé esa hermosa y asimétrica piedra en mis manos. Entonces recordé lo que una vez mi primo Sebastian, que estudia arqueología,  me contó sobre una piedra misteriosa que perteneció al Faraón Ramses ll y que él usaba como talismán, para que lo protegiera de los espíritus malignos.
Cuenta la historia que dicha piedra, había sido obsequiada a Ramses ll al casarse con la hija del rey hitita Hattusil III, cuando éste la entrego al faraón como prenda de un tratado de paz y fraternidad eterna en 1264  a. C.. La piedra que pertenecía a la corona de Menes, personaje legendario egipcio que unió el Alto Egipto con el Bajo Egipto y que ciñó sobre su cabeza, tenía los colores blanco y rojo resumiendo las insignias del Alto y Bajo Egipto.
Se cree que una esclava, celosa de la esposa del Faraón le robó la piedra y huyó hacía el río Nilo. Mientras intentaba cruzarlo, el caudal del río creció y ella pereció. La piedra que llevaba consigo fue arrastrada por la corriente hacia el mar Mediterráneo, llegando a las costas de Europa.
Pasaron más de mil años hasta que alguien volvió a contactarse con ésta; sería por esto, y por la erosión del mar, que la piedra se achicó.
Se piensa que un pescador siciliano se la vendió por pocas monedas a un navegante catalán, éste la llevó consigo en sus viajes expediciones a América  según cuenta un juglar. Puede ser que haya sido parte del motín de algún pirata. Ya que un cuento popular dice de un hombre que una noche encontró una bolsita pesada en su casa junto al río, se puso a jugar con las piedras que había adentro de ésta, (porque le gustaba escuchar el sonido que hacían al caer en el agua), mientras amanecía.


Cuando el salió, se dio cuenta de que brillaban y se percató de que pudieron ser parte de un tesoro y se lamentó de haber tirado tantas. Yo creo que una de esas tantas piedra llegó a la laguna Llum y que podría ser la tengo en mis manos. Pues sus colores se asemejan a aquella extraña piedra; y su luminosidad me hace sentir la energía de aquella civilización y la mágica influencia del dios Amón-Ra. 

Fin
Alexiss Mocçia®

viernes, 16 de agosto de 2013

En la lejanía de la noche… se oye una voz:



En la lejanía se oye una voz
es el lamento de un alma llena de dolor;
que trae consigo un cruel adiós
y recuerdos de un viejo y traicionero amor.



Él lo dio todo por ella,
inclusive la luna y las estrellas.
Mató a un ruiseñor por una rosa,
y aún así todo fue poca cosa.



Dedico toda su vida a serle fiel,
y no pudo siquiera rozar su piel.
Le escribió sinceros versos,
que no sirvieron ni para conseguir sus besos.



Recibió por su cariño solo humillación y despecho,
y aún así siempre a las balas le puso el pecho.
Podía haber tejido un abrigo con sus sueños,
pero, al estar tan enamorado, prefirió que el viento de ellos fuese el dueño.



Nunca busco, para su dolor, consuelo;
pues jamás dejo de hacerse el duro.
Nunca mostró cuán difícil era su duelo;
ya que sentía que nada era imposible si el amor era sincero y puro.



Todo se trago,
y de nada se quejo.
Todo lo dio,
y de nada se arrepintió.



Pero hoy su fin le llegó,
la sombra de la noche eterna vino en su busca.
Es el momento de olvidarse lo que ya pasó,
y soltar toda aquella carga que bien no luzca.



Por eso es que se escucha hoy, en la noche, una voz.
Es un alma expiando su dolor.
Es una vida que dice para siempre adiós.
Es alguien que a pesar de todo siempre creyó en el amor.

Alexiss Mocçia®

sábado, 3 de agosto de 2013

Egipto:


El sol nace por detrás de las pirámides,
pues a despertar al Faraón, sus rayos vienen.
El Faraón, al igual que el sol, es de todo Egipto
el supremo dueño indiscutido.


Al igual que las pirámides,
la vida de los faraones
está llena de magia, misterio,
brillo y ensueño.  


 A ambos los envuelve la inmortalidad
y los embarga la obligación,
de dar al pueblo estabilidad y prosperidad,
para que no reine la desolación.


Nadie se pregunta qué pasa,
por el corazón humano del Faraón.
Solo se espera y se desea,
que, en él, el bienestar de Egipto sea la prioridad mayor.


No ven a un hombre, ven a un Dios.
Le rezan, le hacen ofrendas y le obedecen sin rezongar.
Inclusive lo siguen venerando, cuando este mundo ha dejado de habitar.
Y es que sin su luz deviene el caos.


¡Egipto amado!, no apagues tu luz,
ni sucumbas aún.
¡Egipto soñado!, conserva tu brillo por mil años más,
que todavía hay niños que sueñan con tu suelo pisar.


Me dolería verte perecer.
No me gustaría verter desaparecer.
Quisiera, como la gente, que en ti, vivió ayer
verte siempre triunfal y perenne.


Espero Egipto amado,
que siempre haya un Faraón que vele tu hado,
o que tus monumentos
te protejan de la destrucción que ejerce, el paso del tiempo. 


Alexiss Mocçia®