martes, 17 de febrero de 2015

A mi amiga lectora en su día:


Diste por casualidad con mis escritos
e intuiste como nadie retazos de mí.
Entre mis escuetas palabras, descubriste mis gritos
y me confiaste en tiempo y conversaciones un poco de ti.


Aprendí a través de ti, que hay mucho más tras el horizonte
y volví a creer que aún la sinceridad existe.
Me demostraste que la amistad es grande
y que de distancias no entiende.

Me dejaste saber que cuando uno quiere ver feliz al otro
le responde hasta un monosílabo.
Acudiste con sabidurías a mis rezongos
alegrando mi día al responder un tweet mío.


Por eso en el día de tu santo
quiero que sepas que te aprecio tanto.
Y que sepas también que eres de esas amigas,
que son un placer cruzarse en la vida.   


 Deseo que sepas que disfruto de nuestros mutuos intercambios,
que me encanta hablar de nuestras costumbres diferentes,
que me inspiran tus diversos conocimientos
y que siento que nuestra amistad es sorprendente.


Espero además que disfrutes a pleno
lo que la vida tiene para ti guardado.
Y que Dios bendiga cada uno de tus pasos
haciendo que coseches más victorias que fracasos.


En resumen te deseo un «Feliz cumpleaños, querida amiga»,
esperando que tus sueños se hagan realidad a partir de este día,
que la música sea siempre, para ti, fuente de alegría

y que nunca falten los afectos a lo largo de tu vida. 

Alexiss Mocçia®


domingo, 8 de febrero de 2015

Tus ojos avellana:


Lo primero que me fijé de ti fue tu mirada. Me perdí en ella y busqué con que compararla. En un primer momento no se me ocurrió nada. Mi mente estaba en blanco, no me salía y una sola palabra.

Tenía tantas ganas de dedicarte algunos versos que describieran las emociones de las que era presa en ese momento. Pero mi garganta estaba seca, mi mente vacía y mis manos ansiosas por descubrirte, por recorrerte y por retratarte.

A tu mirada se le unió tu sonrisa y ahí perdí la noción de las prisas. Todo se volvió lento, suave, sincero. Se acabaron los tormentos, las noches de insomnio con nombres ajenos, y se encendió mi cielo.

El sol se tiñó de los colores del arco iris y por primera vez entendí lo que es sentir orgullo de ser autentico, de mostrarte sin mascaras, de amar a quien tengas ganas.

Saqué mis cartas y armé mi juego, intentando remontar con mis palabras vuelo. Y entonces le encontré a tus ojos su espejo, en unas avellanas hermosas que descansaban a un lado de una pérgola.

Luego tu sonrisa tuvo su analogía, en la luna reflejada en mi laguna. Tu nariz me recordó de pronto al asa de mi taza favorita y el lunar cerca de tus labios me hizo pensar en esa estrella a la que siempre le pido un deseo.

Ante mis ojos te vestiste de princesa y aunque yo solo era una simple doncella, soñé con conquistarte, enamorarte y protegerte.

Luché como un caballero dispuesto a darlo todo por su rey, aunque en este caso sea más bien una damisela queriendo darlo todo por su princesa.

Te tejí sueños en las estrellas y envolví varios «Te quiero» en las estelas del viento. Te mandé por mar mil caricias y escribí para que sonrías, con tu nombre, un cuento.

No descanse hasta verme reflejada en esas avellanas que tienes por ojos, ni hasta disolver tu mirada en el café de los míos.

Me desvelé intentando que tu sonrisa tuviera su puerto en la mía y que ese lunar hermoso que tienes compartiera belleza con el que se encuentra en mi hombro.


Y un día con su noche, mis manos cumplieron su sueño de descubrirte, recorrerte y retratarte. Y en esa muestra de arte, tus manos moldearon la arcilla que es mi cuerpo, que tembló al compás de tus caricias extasiado de placer y dicha.   

Alexiss Mocçia®



domingo, 1 de febrero de 2015

Mí adorada Sherezade:


Estambul despierta y mi corazón se acelera pensando que esta vez te fijaras en mí y no en otra. Que tendré la suerte de tocar tu piel trigueña y de atesorar tu sonrisa risueña.

              Que serás mi adorada Sherezade, que no habrá llanto ni en tu vida ni en la mía. Que despertarás abrazada a mi cintura y que podré susurrarte «meine liebe» mientras azarosamente deslizo mis dedos por tu hombro garabateando tal vez mi nombre o una rosa con el tuyo.

Quizás pueda llegar a ser la que te devuelva la sonrisa autentica que tenías en el ayer y quizás tú puedas borrar de mí, los fracasos que sufrí.

               Pero siento que no soy lo que buscas, y que crees que te miento cuando digo que me gustas. Dime cómo podría mentirte sí odio las mentiras, si eres tan increíble que hablar de ti se ha vuelto una dulce costumbre. Sí me encantaría celarte pero me detiene el saber, que tan solo somos amigas.

Las palabras surgen solas cuando te pienso y siento que cobijas mi alma. Aunque es cierto que me gustó Shazadí, no estaría jugando contigo al mostrarte lo que siento. Y es que tienes algo que a ella le faltó, y eso es palabra.
Se nota en tu mirada, eres fiel y constante aunque has perdido la confianza en los sentimientos. Y a pesar del miedo que tienes a sufrir de nuevo quieres intentar nuevamente con el amor, demostrando que te sobre valor.

Buscas alcanzarlo, merecerlo y conservarlo. Y yo solo puedo desear que lo logres, aunque sea con alguien más.

               Sin embargo en esta noche de confesiones bajo la luna de Estambul, te digo que contigo soy un poco más egoísta que con otros y otras. Pues guardo, secretamente y bajo llave, la esperanza de que un día repares en mí y me des la oportunidad de hacerte feliz mi adorada Sherezade.  

Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)