sábado, 9 de junio de 2012

Un caballero cualquiera



Espada con espada. Estocada tras estocada. Así se presenta tu valentía y tu destreza.
Defiendes con todo tu ser a tu amado rey, mientras, en vuestra casa, tu amada teme que no vuelvas a aparecer.
Para suerte de muchos e infortunio de algunos, vuelves de la batalla sin rasguño alguno. Guardas en tu corazón honor y gloria, que te llena de orgullo y bizarría mientras emprendes el regreso a tu hogar.
Al divisarte tu esposa, corre a tu encuentro con los brazos abiertos. Apenas se llega hasta ti, te abraza, te besa, y no pude salir de su asombro, pues a estas alturas ya te daba por muerto.
Tú con besos y abrazos la convences de que no está soñando. A la vez que con dulce y firme vos la tranquilizas, prometiendo que no vas a seguir luchando nunca más.
Pero en el fondo todos sabemos, que como eres un leal caballero, siempre estarás esperando, con muchas ansías y desmedida esperanza; que la trompeta del rey, con sus fanfarrias anuncie otra batalla.

FIN

Alexiss Mocçia®