jueves, 26 de diciembre de 2013

Conexión de almas:



Viajan tus palabras
a través de las distancias.
Ellas se cuelan en mis sueños llevándose nostalgias
y dejan rastros de renovadas esperanzas.



No sé cómo en tan poco tiempo has logrado
ser la página principal de un cuento añorado.
Pero no hay momento del día
en que tus palabras no me devuelvan la alegría.



Espero, quizás siendo un poco tonta, que mis palabras también te animen.
Me preocupo por tu soledad, por lo que callas y por lo que aún no te animas a confesar.
Quisiera que en mí encontraras el escudo contra el desdén,
y más quisiera que supieras que siempre conmigo podrás contar.



No importa si esto queda en bello recuerdo,
tu amiga seré aunque se acaben los tiempos.
De igual modo sueño
con que este sentimiento toque el cielo.



Amigo de distancias
Colega en esperanzas
Reservo un lugar especial
para esta conexión de almas.


Alexiss Mocçia®


martes, 24 de diciembre de 2013

Carta abierta para todos en estas fiestas:


Queridos Amigos: 

                                    Como ya muchos saben desde hace cuatro años me tomé la costumbre de escribir una carta para todos por motivo de las fiestas, tanto de Navidad como de Año Nuevo.  ¿Por qué hago esto? Simplemente por poner en palabras lo que siento, lo que me ha pasado en el año transcurrido y lo que deseo para el año que viene. Pero sobre todo para transmitirles a mis amigos, y a aquel que por casualidad me lee, un poco de alegría, de esperanza y de fuerza.
                          Y este año en particular, dado lo vivido por mí y lo que le ha pasado a gente amiga, quiero transmitir el mensaje de que no todo está perdido y que por más que sea el camino siempre se ha de llegar a lo que se anhela, si no se baja los brazo y se sigue con valor hacia adelante.
                       ¿Por qué este mensaje en particular es el que deseo transmitir?  Bueno siendo franca es porque algunos de mis amigos y familiares, y a mí inclusive, nos han ocurrido o hemos recordado cosas que nos han hecho pensar que no hay nada que celebrar en estas fiestas. Además de que hay muchos que simplemente no festejan estas fechas ya sea porque las consideran producto de la sociedad de consumo o  por sus creencias religiosas; sin contar que cada vez son menos los que se dejan embargar por el espíritu «navideño», como le dicen algunos, pues por perdidas o avatares de la vida creen que todo se reduce a regalos, comida y/o sonrisas hipócritas entre personas que jamás se han hablado o visto.
                    Mas sin embargo viendo para atrás me puse a pensar por qué se festejaba Navidad y Año Nuevo en mi casa, ¿Era simplemente porque queríamos regalos?, ¿lo hacíamos por la base cristiana que tiene mi familia?, ¿o era porque, como buenos descendientes de italianos y alemanes, amábamos la comida? La respuesta a esto es sí y no. Sí porque siempre recibir, y dar, un regalo por más pequeño que sea te saca una sonrisa. Sí porque creemos que Dios y Jesús están en todas partes y obran pequeños milagros todos los días, aunque en un principio no nos demos cuenta que son tal cosa. Sí porque siempre es agradable comer algo rico sobre todo si lo preparamos nosotros mismos o algún miembro de nuestra familia. Y también es no porque detrás de los regalos, la base cristiana y la comida hay otras razones de la que destaco el amor.
                    ¿Y por qué destaco el amor, se preguntarán? Pues bien el porqué de esto deviene de que creo que en todo lo que hacemos está presente el amor. Desde el tiempo que nos tomamos para elegir o hacer un regalo a nuestros seres queridos procurando que cuando lo reciba y abra se le dibuje una sonrisa, o en la dedicación que le ponemos a la preparación de la comida y de los platos de la mesa. O en la decoración de la casa y del árbol de navidad hasta en la oración de agradecimiento que se hace antes de degustar los distintos manjares, en el relatar o escuchar las anécdotas dichas en la mesa y el brindis de las doce de la noche.
                 Es ese amor el que nos hace mirar con nostalgia las sillas vacías y recordar a quienes a los que se han ido, pero también es el que logra que sintamos una alegría renovada al ver nuevas caras sentadas a la mesa. Sobrinos, primos y amigos; quizás también nuestros hijos o los de nuestros primos y amigos; inclusive gente que desde sillas virtuales nos hacen llegar su calidez y su cariño al tiempo que nos pintan una sentida sonrisa.
               Y es por eso que esta Navidad, y en Año Nuevo también, levantaré sonriente mi copa y brindaré por mi familia; que a pesar de todo seguimos juntos; por lo proyectos que aún quedan por concretar y por los que ya se cumplieron y por los que ya no están, pero que siempre estarán por el legado y las huellas que nos dejaron. Pero  sobre todo brindaré por esas personas que me permitieron formar parte de sus vidas, que compartieron sus talentos y sus gustos y que puedo llamar amigos, futuros colegas y hermanos. De verdad a todos ustedes les digo gracias y les deseo una muy feliz navidad y próspero año nuevo. Espero que el año que entra podamos seguir compartiendo momentos a pesar de las distancias y los contratiempos.
                   Y ya despidiéndome sea que festejen o no recuerden que siempre existe un motivo por el cual, el 24 y/o 31 a la noche, quieras sonreír; o una persona a la que quieras desearle felicidades.

 Por eso hoy todos digamos:

 ¡Felices 
               Fiestas 
                         Para  
                                Todos!  

Alejandra Edith



miércoles, 18 de diciembre de 2013

Más de lo que habíamos imaginado:


(el crédito de la imagen no es mío)


Amanecí adormecida sobre tu pecho
con la sensación de que esto ha sido un sueño. 
Pero con un simple beso
me confirmas que todo es cierto.



No falta más para ser feliz
que estar juntos aquí.
Es que tú me haces sentir
que lo nuestro no tendrá fin.
 


Cada mirada guarda un secreto
Y cada caricia tiene su sello,
que son tan nuestros
que sirven de nexos.



El esfuerzo que nos costó para hacer valer lo nuestro
es lo que estimamos,
por eso en cada encuentro
nuestra apuesta renovamos.



Tantas cosas nos han sucedido
que no nos alcanza un libro,
para registrar nuestros aciertos
y nuestros desatinos.



Mas lo que importa es lo que hemos obtenido
y lo que hemos cimentado  
en el tiempo que juntos hemos vivido
y que es más de lo que habíamos imaginado. 


Alexiss Mocçia®

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Jugando hipócritamente:



¿A qué estamos jugando?
¿Qué valor al amor le estamos dando?
¿Cuánto de nosotros, por esto, estamos brindando;
y cuánto de cada uno, por si mismo, se nos esta escapando?



Nada te estoy reprochando,
solo estoy preguntando
¿Para dónde va esta relación?
Y ¿en dónde es que quedamos nosotros dos?


No ves acaso el daño que estamos causando,
o el rastro de dolor que en el camino estamos dejando.
Hay personas que confían en nosotros y las estamos defraudando,
y más a nuestras correspondientes parejas a las que estamos engañando.



Es cierto que todo empezó sin que lo buscásemos,
pero estuvo mal que a tiempo no lo terminásemos.
Fue un error dejarlo continuar,
hasta que no pudimos, de esto, escapar.



Ahora lo que nos une no es solo la pasión,
sino también el amor.
Pero para tomar al respecto una definitiva decisión,
nos falta aún el valor.



Por eso es que hoy pregunto ¿cuál será nuestro accionar?
¿enfrentar al mundo con la verdad
o negar, como hipócritas,
la  cruda realidad?.



Mírame, mírate,
y con una sonrisa decídete.
¿quieres arriesgarlo todo por lo nuestro,
o dejar que se desvanezca con el viento?



Decidas lo que decidas te daré, al respecto, mi opinión;
si decides arriesgarte aquí estoy.
Si en cambio quieres lo nuestro negar yo mejor me voy;
pues no volveré a mentir por nosotros dos. 

Alexiss Mocçia®

(La imagen le pertenece a alicexz) 




miércoles, 30 de octubre de 2013

Demonio Yakuza Mayor:



De los Yakuzas es la líder
y como buen demonio ha de saber,
todo lo que en el GE  puede suceder
a pesar de que no la logres ver.



Su ausencia no nos libra
de su ojo que todo lo mira,
porque es tal su poder
que nadie de él se puede esconder.



Si bien es sabido que resulta ser carismática y divertida
no hay que olvidar que tiene lengua viperina
la cual puede ser letal y muy temida
por lo que usa la cautela y estate prevenida.



Ten cuidado con tus travesuras
puesto que a su regreso pasara facturas,
y el que a esto no esté atento
en las mazmorras seguirá su cuento.

Alexiss Mocçia®


(La imagen pertenece a Kind Yuuki) 

martes, 29 de octubre de 2013

La música enamora:





La música que suena en nuestra alcoba,
nos dice que atrás quedó aquella derrota.
Violines y pianos que nos regalan sus notas
nos dan cuenta que de entre las cenizas se levanta nuestra historia.    



Melodía que en el alma anida
para hacernos sentir la alegría de cada día.
Y yo mientras la escucho en tu pecho acomodada
caigo en cuenta que no podría estar de ti más enamorada.



  Con la música nuestro espíritu se enciende.
Con el ritmo de las notas el amor nos envuelve.
Pues aquello que se pierde,
enamora cuando en sonido se convierte. 


Alexiss Mocçia®  

sábado, 26 de octubre de 2013

Sueño carmesí:



Ojos carmesí
se dirigen hacia mí,
con un loco frenesí
que no cabe más en ti.


Me miras y yo no logro descubrir
qué soy para ti,
si objeto de amor o de festín.


Tiemblo al pensar en la segunda opción
y me sonrojo sin ninguna razón
al sopesar que podría ser amor.


Sigues de igual forma mirándome,
pero ya voy comprendiendo cuál es tu intensión.
Lo que quieres no es matarme
sino propiciar mi conversión.


Por eso es que no intento huir
pues quiero ser parte de ti
aunque eso me lleve, de alguna forma, a morir.


¡Pero qué tonta fui!
al creer que esto podría ser así,
pues me olvidé que esos ojos carmesí
no te pertenecen a ti sino a mí.


Es que quería al menos hoy
que tú seas el vampiro
y yo la dueña de tu amor.
Pero aquello tan sólo un sueño ha sido.

Alexiss Mocçia® 

 
(El crédito de la imagen no es mío)

domingo, 20 de octubre de 2013

A mi madre en su día:


Cálida sonrisa
que parece un rayo de sol.
Sentida tibieza
que me hace falta hoy.


Palabras que abrazan como el mar,
me hacen dar cuenta que algunas ya nos las podré decir más.
Y lo peor es que no puedo tu voz recordar
ni el tiempo volver atrás.


Lagrimas que en tus brazos se secaban.
Risas que con tus ocurrencias brotaban.
Esa alegría de saber que al llegar a casa te vería otra vez,
hoy es certeza de que eso nunca podrá ser.


Como duele haber dado por sentada tu presencia
y haberla tomado con tanta naturalidad,
sobre todo al ver que en tu ausencia
se perdió, de la familia, un pilar.


Pero la vida continua y lo importante
es aquello que nos enseñaste
y la huella que dejaste.
Pues todo eso nos impulsa hacia adelante.


Por eso te recuerdo
con un cariño inmenso
y con ganas de envolver un «Feliz día mamá» en el viento
para que te llegue allá en cielo.


Alexiss Mocçia®

jueves, 17 de octubre de 2013

Dos días y una noche en el desierto:



Como todas las mañanas salí con mi caravana a dar la recorrida matutina por las dunas del Sahara con el fin de transportar mis productos hacia el mercado central de Marrakech. Los rayos del sol nos daban directo a mis compañeros de ruta y a mí. No había sombra en ninguna parte del recorrido y el calor iba en aumento, pero para nuestra suerte ya estábamos acostumbrados además nuestras prendas estaban hechas para estos largos viajes incluyendo nuestros turbantes.
Ni el viento que arremolinaba la arena ni los abrasadores rayos del imponente sol  podían con nosotros y nuestro trabajo. Mas sin embargo ninguno estaba preparado para lo que vendría después.
Al aproximarnos a Marrakech, cerca de un hermoso y deslumbrante oasis, una figura elegante y serena envuelta en túnicas color sangre nos parecía estar esperando. A primera vista creímos que era un comerciante que se había detenido para descansar y dar de beber a los camellos de su caravana. Pero no había caravana, tan sólo un caballo tan negro como la noche misma que relinchaba a unos metros de la susodicha figura.   
Al ir acercándonos y agudizando nuestra vista la figura se tornó más clara y sin duda lo que teníamos adelante no era un hombre sino una mujer, una hermosa mujer para ser más preciso. Su cabello era rojizo y su piel tenía el color de la arena. Sus ojos poseían el calor de las aguas del oasis, es decir verde cristalino, y sus labios contenían el color de una rosa; algo blanca y algo rosa dependiendo de cómo le diera la luz.   
No pudimos al contemplarla más que quedarnos hipnotizados y embrujados ante tanta belleza y pureza que esta criatura, creada sin duda por Alá, irradiaba. Y fue mucho peor cuando escuchamos su voz puesto que ésta era aterciopelada, majestuosa como sí en vez de que hablara ella lo hiciesen  los ángeles. Ella nos dijo, sin que le preguntásemos, su nombre que no era otro que Zulaikhah que por estos lares significa «la que maravilla a todos» y ese era precisamente el efecto que causaba en todos nosotros.
Nos acercamos más y, después de presentarnos, le preguntamos qué andaba haciendo sola por este inhóspito lugar que muchas veces está lleno de rufianes y truhanes. Zulaikhah nos respondió que no nos preocupáramos por ella, que sabía protegerse sola, es más nos insinuó que en realidad nos debíamos preocupar por nosotros. En ese momento no entendíamos a que se refería pero no tardaríamos mucho en averiguarlo.
Encaprichados con ella insistimos para que nos dijera qué estaba haciendo y si es que necesitaba ayuda para algo. Zulaikhah esquivó varias veces nuestra pregunta y nuestro ofrecimiento hasta que finalmente nos dijo que vivía en lo profundo del oasis, que había salido a dar una vuelta en su caballo y que se había quedado ahí por pura curiosidad pues quería saber quiénes se aproximaban al pueblo.
A continuación nos ofrecimos a acompañarla a su casa con la escusa de conocer el oasis pero en realidad no queríamos dejarle. Nuestras intenciones eran otras, cada uno de nosotros quería dejar su huella en Zulaikhah y hasta me atrevo a decir que más de uno la quería únicamente para sí mismo. Algunos fantaseaban inclusive con la idea de marcarle a fuego su nombre para que el mundo supiese que era suya.
Zulaikhah aceptó de buen grado que la acompañásemos y se puso muy feliz de que quisiéramos conocer su bello oasis. Parecía tan ingenua, tan inocente y con una sonrisa bastante tímida que cada vez caíamos más y más en un abismo. Y cada minuto que pasábamos en su presencia se nos hacía más difícil el olvidarla.  En retrospectiva me doy cuenta que esa era la imagen que nos quería mostrar y que en el fondo sabía nuestras verdaderas intensiones.
Acto seguido nos adentramos lentamente en el oasis y con cada paso que dábamos la entrada al mismo se veía cada vez más lejana y la salida no parecía presentarse nunca, al igual que la casa de Zulaikhah. Lo que sí era evidente es que algo siniestro se apoderaba de nosotros, algo que parecía darnos fuerza y renovarnos la energía pero a la vez doblegaba nuestro espíritu cegando nuestro raciocinio. En pocas palabras ese algo nos arrastraba a la locura.
Cansados ya de tanto caminar por fin pudimos dar con la casa de Zulaikhah, quien nos agradeció el que la hayamos acompañado y en recompensa nos hizo pasar. Ya adentro nos llevó a un gran salón y nos convido un té con araq[1] y unos baklavas[2]; más a mí me pareció que dichos bocados o acaso dicho brebaje tenían algo más que sus ingredientes habituales pues después de probarlos no supe dónde estaba, quién era ni qué hacía.
Al terminar de beber nos pusimos jocosos, nos desinhibimos y empezamos a insinuarnos a Zulaikhah. La perseguíamos por la casa, la veíamos como a una tentadora presa que debía ser nuestra y competíamos entre nosotros que hasta no hacía muchas horas habíamos sido tan amigos que parecíamos familia. Ahora nos tirábamos con lo que teníamos a mano para obstaculizarnos el camino hacia Zulaikhah, hasta que nada nos impidió llegar a ella y dimos todos a un gran jardín que estaba como suspendido en el aire.
En aquel jardín nos detuvimos expectantes y pendientes de lo que iba a hacer Zulaikhah. Ella tranquilamente trajo un saco lleno de espadas y sables, los cuales nos ofreció diciendo que quien saliera con vida del duelo sería su legítimo e indiscutible dueño. Al principio pensamos que se trataba de una broma pero su cara reflejaba seriedad y el tono de su voz era firme, por lo que la resolución venía en serio.
Así fue como nos miramos entre todos y por un impulso involuntario dimos nuestro consentimiento para participar en aquel peligroso juego del destino.  Hecho eso nos abalanzamos hacia el saco para retirar cada uno un sable o una espada. Yo me hice con un sable curvo y empecé a dar estocadas a diestra y siniestra.
Al cabo de una hora solo quedamos con vida dos. Ambos nos miramos a los ojos, allí donde antes hubo camaradería ahora había odio, rencor y un ansía loca de ser el ganador. Blandimos nuestras espadas con la mejor destreza que podíamos tener y fuimos muy parejos hasta que aproveché un leve descuido y me lancé con la espada en el alto, giré esquivando una estocada y le hundí mi espada en el corazón.
Al instante de sentir el frío hierro de mi espada mi camarada cayo sin vida a mis pies y yo sentía el enorme placer de haber resultado el vencedor, de ser el que se quedaría con Zulaikhah. Aunque al mismo tiempo sentía el amargo sabor de la culpa y del remordimiento, algo que en mi vida jamás podré olvidar.      
Finalizada la contienda y siendo yo el ganador Zulaikhah cumplió con su parte del trato. Ella me llevó hasta su habitación, sin importarle el reguero de sangre y muerte que había en su jardín, y se desprendió poco a poco de su atuendo. Una a una fueron cayendo sus prendas, primero la túnica y después su velo. Quedó ante mis ojos una hermosa creación, perfecta y única; una obra de arte que en ese instante era tan sólo mía.
Rápidamente corrí a sus brazos, la cobijé con mis besos y dejé mis huellas por todo su cuerpo. Después de gozar los minutos más gloriosos que pudiera vivir un hombre me dejé envolver por el sueño y estando profundamente dormido no me percaté del momento en el que Zulaikhah dejaba nuestro lecho y se dirigía a la cocina. Allí la encontré al despuntar el día y nada más entrar me dijo:

—Tómate este café te limpiara lo que haya quedado de lo que bebiste ayer  —Estiró el brazo haciéndome llegar el pocillo de café—, después vístete y prepárate para asumir la responsabilidad de tus actos, pues varios de los muertos que hay en el jardín son tuyos  —Señaló abriendo las puertas que daban al jardín y añadió—: Podrás irte lejos pero la sombra de la culpa te seguirá pues las personas cuyas vidas tomaste, por el afán tus fantasías, ahora son fantasmas que te perseguirán de por  vida. Llegaras inclusive a pensar que hubiera sido mejor yacer sin vida en el jardín que del duelo vencedor salir.   

Acto seguido se retiró de la cocina, se dirigió a la habitación para cambiarse y me dejó sin saber que responder. Mientras tanto yo me acerqué con pies de plomo al jardín y contemplé horrorizado la escena que relataba lo que había sucedido la noche anterior. Allí mismo se me congelaron los pies, me quedé inmóvil viendo tanta sangre esparcida y tantos cuerpos despedazados. Los que allí yacían no eran desconocidos, eran mis amigos y no habían muerto por una guerra sino por la lujuria. Eran los deseos más oscuros los que los habían llevado a la perdición y aunque yo me encontraba con vida no escapa de esa suerte. También a mí me perseguía la perdición puesto que mi alma se había corrompido y aunque a partir de ahora llevara una vida marcada por la rectitud y la eterna meditación ya no había retorno para lo que estaba hecho.
Perdido en mis pensamientos no me di cuenta de que Zulaikhah había salido al jardín. Cuando me percaté de su presencia ella se estaba subiendo a su caballo negro como una noche cerrada y se disponía a partir raudamente. Al ver que yo la miraba atónito y perplejo; porque no podía creer que se fuera como si nada hubiera pasado, Zulaikhah me dedicó una sonrisa un tanto despreocupada, desenvuelta y seductora y me volvió a decir:

—Esto es responsabilidad tuya  —Respiro profundamente y agrego—, te dejaste llevar por las pasiones y estas son las consecuencias. Espero tengas menor suerte la próxima vez. Y siempre ten presente que tus actos son vigilados y que los de arriba te ponen siempre a prueba para que te vayas, día a día, convirtiendo en alguien más sabio.     

Luego de pronunciar sus últimas palabras arrió su caballo y partió a la velocidad de la luz. Una densa niebla, como nunca se había visto en el desierto, envolvió a Zulaikhah y la hizo desaparecer de mi vista. Cuando ya no la vi más me quedé pensando en sus últimas palabras y me recorrió un escalofrío cuando llegué a la conclusión de que lo que había tenido como mío era nada más ni nada menos que un Djinn[3], que se divirtió con nosotros o se materializó para darnos un lección.
Mi fe y mi corazón, que creía intactos, no pudieron frenar el ímpetu de mis deseos. Me ganaron las pasiones y me perdí en mi delirio, en mi irracionalidad. Espero que en el futuro pueda mi culpa expiar, por tal motivo he decidido retirarme de la escena pública y consagrarme a la meditación. Deseo que Alá tenga a bien acortar mi sufrimiento y reconfortar mi alma, por eso a la búsqueda de ese alivio entrego hoy mi vida.    

Fin


Alexiss Mocçia®




[1] Bebida alcohólica árabe destilada e incolora que es habitual mezclar con té y/o con jugos.

[2] Pastel árabe elaborado con nueces trituradas, distribuida en la pasta filo y bañado en almíbar o jarabe de miel.

[3] Genio, ser fantástico de la mitología semítica. En las antiguas tradiciones se consideraba, que según su carácter, podían atacar o ayudar al ser humano. Para los musulmanes son seres creados de fuego sin humo, dotados como el ser humano para elegir entre obedecer a Dios o al demonio Iblís (considerado genio o ángel caído). Estos seres son vistos por algunos como tentadores del desierto o ladrones nocturnos, pero también se considera que suelen poner a prueba a los creyentes para comprobar si pueden ser alejados o no de Alá. Y a diferencia de los ángeles comparten el mundo físico con los seres humanos y son tangibles, si bien pueden ser invisibles o presentarse en distintas formas; se piensa de hecho que los humanos y los genios pueden casarse y tener hijos. Existe también la creencia de que estos genios puede ser dominados a través de objetos (Ej: el genio de la lámpara de Aladino).      

viernes, 4 de octubre de 2013

¿Cómo has logrado olvidarme?



Mirando la luna desde mi balcón recordaba tus besos y tus brazos dados con intensa pasión. Pensé, en ese momento, que las noches que contigo pasé me supieron a gloria. Me encantaba despertar sobre tu pecho acurrucada y no veía la hora de que tu boca encontrara la mía y dulcemente me diera los buenos días.
Pero como todo lo que empieza, maravillosamente, de color rosa debe termina así a nuestra historia le llegó su final. Fue bastante cruel debo admitir pues esa traición no la vi venir ni la esperaba de ti.
Aún en sueños, (que son más bien pesadillas), te veo a ti con mi amiga en nuestro inmaculado lecho. Que pasó luego a ser nido de culebras y de murciélagos, pues fue cuna de engaños y traiciones de dos individuos que desconocen los códigos del compromiso y la amistad.
Dichos individuos, que no saben de amor ni de honor, lastimaron a un alma enamorada que tenía ilusiones y esperanzas. Aquella alma enamorada creía en el amor incondicional, en la sincera amistad y buscaba con optimismo la formula exacta de la felicidad. Pero de golpe tuvo que enfrentar la vil y cruda realidad.
Desde aquel momento la oscuridad mi ser invadió. No supe qué hacer ni cómo proseguir, sólo atiné a dar la vuelta y desaparecer. Lamentablemente ese desaparecer no fue tan literal como esperaba, creo que más bien fue una desesperada huida a la casa de mi infancia. Estando en aquella me refugié en mi cuarto de niña que no había cambiado en nada desde que había volado tras una ilusión de amor.
Ahora en la distancia, estando ofendida y sintiéndome dolida y traicionada, maldigo el día en que dejé mi casa para comprometerme con quien creía iba a ser feliz. Aun más sabiendo que para él tan sólo fui un juego o un objeto que cambió, como figurita repetida, cuando ya no le sirvió más.

Sólo espero que el tiempo se de verdad el remedio de mi dolor, la cura de mi angustia y el sabio consejero que me ayude a levantarme. Quiero creer que pronto volveré a confiar en los demás, a abrir mi corazón una vez más y a olvidarte como tú me has olvidado. Y mientras aguardo a que aquello pasé agradezco estar de vuelta entre cuatro paredes conocidas, amigas, que saben cuánto en mí ha sucedido, cuánto he crecido y cuánto me falta aún por aprender. 

Alexiss Mocçia®      


domingo, 22 de septiembre de 2013

Poesía Crucigrama:

          
        C a d a  d í a  i n t e n t o ,
        c u l t a r  m i s  s e n t i m i e n t o s .
          o g a n d o  p o r  t u  r e g r e s o,
          n  e s t a  n o c h e,
 v o y y e n d o  v o c e s  d e  r e p r o c h e.
         r a c i a s  a  t u  a d i ó s ,  s o l o  p u e d o ,
         e z a r  p o r  a l g o  d e  c o n s u e l o .
         m a b a  t u s  o j o s  a z u l e s  y  t u  b l a n c a  s o n r i s a ,
m a s a l s a s  f u e r o n  t o d a s  t u s  c a r i c i a s  .
         m á n  e j e r c i e r o n ,  s o b r e  m í ,  t u s  b e s o s .
     y t r a p a n d o  m i  c o r a z ó n  e n  e l  p r i m e r  i n t e n t o .

      D o l o r  a t r o z ,
       n  m i  c o r a z ó n ,
       l o r a n d o  p o r  a m o r .


      C a d a  d í a  i n t e n t o
       c u l t a r  m i s  s e n t i m i e n t o s ,
       i e n d o  c o n  e l  v i e n t o ,
   y  t e s o r a n d o c a d a m o m e n t o .
       Z a p a t e a n d o  e n  l a  l l u v i a
d e l O l v i d o  
     i N t e n t a n d o  v o l  v e r  a  s  e  r   f e l i z .

Alexiss Mocçia®