miércoles, 19 de septiembre de 2012

Roma Inmortal:




Roma soñada.
Roma querida.
¡Hay tantas batallas,
por tus calles esparcidas!

Qué dirán tus adoquines y ladrillos,
de los cesares, senadores y grandes tiranos
que se jactaron de reinarte,
gobernarte y poseerte.

Leyendas y verdades
juegan en tus venas
conformando tu apasionante historia.
Y a nosotros solo nos queda en la memoria
hechos prodigiosos, buenos reyes
payasos y traidores.

De la Monarquía a la Republica.
De la Republica al Imperio.
Tu historia está llena
de certezas y misterios.

Roma amada.
Roma develada.
¿Cuánto queda aún por descubrir
en tu hermoso confín?

Déjame hoy contemplarte
admirarte y soñarte.
Déjame Roma rescatar tu historia
y relatar tus memorias.
Quiero lograr que nunca dejes de ser una gran ciudad
con inmortal identidad.


Alexiss Mocçia®

Inmenso dolor:




Pena que deshoja mi corazón enamorado, puñal que se clava en mi alma ilusionada. Atrapada en idilios y delirios, llega un golpe que no se esperaba, pero que hace tiempo se intuía.
Pobre tonta y desesperada que creía que hoy sería su día. Cómo eso sería verdad en un mundo que no tolera la fealdad.
Cicatrices viejas se vuelven a abrir y otra vez mis ojos comienzan a llorar. En cada lágrima hay un reproche que me dice “otra vez no percibiste la realidad, y nuevamente dejaste tu imaginación volar”.
¿A quién odiar?, ¿a quién culpar?, ¿a ellos, a mí o a esta puta realidad?. Quizás sea cierto que el amor no está hecho para mí, y que la amistad es el mejor disfraz de la traición. Aún no lo sé, mas sin embargo en mi se debaten y se enfrentan mi ego y mi fe, una dice odia y véngate, la otra perdona y del asunto olvídate.
Mas que voy hacer ahora que siento que las puertas se cierran otra vez, que vuelven a traicionarme, a herirme, a gastarme una broma macabra.
Sonaré melodramática, pero hoy siento que me deshago por dentro, que mi vida se asemeja a una tragedia griega y que esto ya no tiene remedio.
Solo espero encontrar respuesta a mi tristeza y que Dios me en mi proceder, ya que me pregunto cuál es la actitud que debo adoptar. ¿Ser fría y distante, o hacer como que todo sigue igual?. La primera opción me ayudará a olvidar y procurará sanar mi corazón, pero a la vez cerrará mi mundo como si fuera una caja fuerte de alta seguridad. La segunda es más difícil de seguir, requiere de todo mi valor y mi fuerza interior; y duele durante el proceso; mas al final fortalecerá mi espíritu y mi corazón.
Creo que la respuesta vendrá el jueves cuando comience la pantomima de la rutina, y en la cotidianeidad de la vida se descubra quien gano la guerra, si el ego o la fe.
Por ahora solo reina la congoja, la impotencia, y la incertidumbre. Sensaciones que me incitan a escribir para que el dolor no me derrumbe.
Y llegando al final de mi desahogo interior, me despido con el deseo de encontrar a alguien que pueda amarme tal cual soy.