viernes, 16 de marzo de 2018

Puentes de arte que vencen:


Una frase dicha, unos dedos que señalan, palabras que llegan al oído de un poeta. Jóvenes que necesitan fuerzas, adultos que dan la espalda. Ríos de sangre, lagrimas de cocodrilo. Un diablo pillo, un Dios sordo y ciego. Desventuras de un lado, desventuras del otro.
Silencios rotos por misiles, ruidos de fondo que dejan vacíos grandes. Todo en fila llegando al que sabe de historias. Y es que en momentos como estos sólo esta de pie quien es artista, porque ese corazón sigue latiendo a pesar de la tempestad.
Quien abraza el arte ha aprendido a navegar en el mar, con tormentas, huracanes, consiguiendo calma hasta del ambiente menos favorable.
Y no hace falta que sea alguien que escribe, pude ser alguien que fotografíe, haga cine, dibuje, pinte, realice una escenografía.
Se trata de ver belleza hasta en aquello que es feo, porque como diría Aristoteles lo feo es risible. Y en el arte hay de todo, porque el ojo del artista abarca mil mundos y más.
Nadie sabe que podría sentir quien nuestra obra observa. Ni siquiera sabemos a veces que sentimos nosotros, pero vemos algo y queremos decirlo. Lo decimos con lo mejor que nos sale, una novela, una escultura, un graffiti. Todo se vuelve expresión y llega al corazón de aquel que lo necesita, que lo sabe entender.
Y si no hay nadie, esta nuestra alma aliviada de haberse expresado. Y esta nuestra sonrisa por el esfuerzo empeñado.
Y así en medio del ruido y del silencio, el grito del poeta eleva el vuelo. Y así el artista sobrevive a paso del tiempo.
Y así tu y yo llegamos a ser dos. Vos leyendo y yo escribiendo. Vos pintando y yo contemplando. Vos siendo musa y yo siendo tinta. Vos siendo pincel y yo siendo lienzo. Vos siendo locura y yo capricho. Ambas tejiendo una historia como ninguna, que se puede perder por ahí, que es quizás más virtual por el medio en que nació, pero tan real por lo que le hemos aportado.
Y sí esto empezó de una manera y terminó de otra, pero ¿no eran así nuestras charlas en aquellos insomnios compartidos? ¿o aquellos testamentos que mande como cartas?. ¿Los extrañas?, espero que sí...

 (El crédito de la imagen no es mío)