lunes, 1 de junio de 2009

Pensando en el amor

¿Puede uno explicar el amor, considerarlo como químico, llegar a alguna conclusión científica sobre este tema?, me parece que no, que todo será interpretado en base a nuestro punto de vista, sea romántico o racional. De todos modos, toda la humanidad, lo desea, lo busca y sueña con encontrarlo.
De aquí es que surge el interrogante de qué nos lleva a esta situación, es decir por qué nos entristece no tenerlo, por qué nos enoja perderlo y por qué nos alegra tenerlo y recuperarlo.
Atesoramos cada momento vivido en situación de amor y tratamos de olvidar aquellos momentos donde su ausencia o incertidumbre nos causo dolor. Emprendemos, día a día, semana a semana, mes a mes, año tras año, generación tras generación, la épica cruzada en busca del amor. No pensamos en obstáculos ni en dificultades solo vemos o soñamos con que al final de nuestro camino conquistaremos el amor, llegaremos a hacer nuestro el corazón de otro, de ese otro que ya posee nuestro corazón. Bajo esta máxima creemos que el amor es algo mutuo y sublime. Lo idealizamos los que nunca lo tuvimos y lo concretamos y hacemos real, los que ya sabemos como es; aunque lejos de esta diferencia ninguno quiere dejar de sentir amor, de tenerlo, de vivir en amor. Él nos hace sentir que todo es maravilloso, hasta eso que de otro modo no soportaríamos. El amor nos cambia los ojos con los miramos el paisaje, varía nuestro sentidos, nuestra mirada, y nos sentimos extasiados, maravillados, transportados a otro plano.
Cabe destacar en este momento que hay diversos amores: amor a Dios o a la ciencia, a un padre, a una madre, a los hermanos, a los amigos y a nuestro compañero de vida o pareja, todos ellos nos marcan, nos transforman, nos forman, nos benefician o nos perjudican, pero en definitiva forman parte de nuestra vida. Es por esto que dicen por ahí que aquella persona que nunca ha tenido amor, será despótica, tiránica, autoritaria, y desalmada; y que aquella que lo ha sabido atesorar será compasiva, solidaria, compresiva, bondadosa, democrática, respetuosa y muy virtuosa. Yo no sé cuan así sea la cosa pero que el amor te hace ver y sentir distinto, no hay duda alguna, pues toda experiencia o relación te interpela, y al final de ésta, algo en ti varía. Eso es lo magico que tiene la vida y nuestra existencia. Por eso llegando al final de mi reflexión puedo concluir, muy subjetivamente y no de forma cerrada, que no hay nada más bello que amar y ser amado.

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