lunes, 16 de marzo de 2009

Una pequeña y gran decisión

Hoy empieza otra etapa de mi vida, estoy cerca de cumplir veinte años, y me he anotado en las materias de la carrera de Profesorado de Historia, que he elegido.
Como es natural me ha entrado miedo, bueno a decir verdad varios miedos me han surcado:
miedo al fracaso, miedo a salir al mundo, miedo a lo que deparara el futuro, miedo a decepcionar y otros miedos que no logro descifrar. Todo esto corre por mí y se mezcla con mis ganas: ganas de vivir, de soñar, de triunfar, de brillar, de querer, de aprehender y de cumplir mi misión, todo eso paseando dentro de mí.
No puedo decir que son amigos, mis miedos y mis ganas, porque siempre están en batalla y en desacuerdo, pero algunas veces se dan tregua y es allí donde descubro que los dos, polos opuestos, son mis armas o herramientas para seguir adelante y alcanzar lo que quiero.
Puede que haya días en que mis miedos me aterroricen y hasta quizás me paralicen, pero también habrá días en que crea, por mis ganas, que todo lo puedo y me quiera llevar el mundo por delante. Más estoy segura que en los días en que yo este serena y conectada con mí esencia, lograre la tregua entre los dos y juntos sortearemos los obstáculos que en el camino se presentaran. Se debe tener como dicen los chinos “los pies sobre la tierra, y la cabeza en el cielo”, lo que me parece que significa que no esta mal soñar y nuestra imaginación dejar volar, siempre y cuando volvamos a la realidad y nos amoldemos a ella, sin dejar de lado nuestra parte creativa o espiritual.
Trabajo arduo en verdad poder estar conectado con nuestra esencia espiritual y vivir las experiencias del mundo material, sin querer tomar las medidas drásticas de irse a la India o la montaña, o la de vivir, cien por cien, en la vorágine del mundo actual. Y en cima agreguémosle que debemos encontrar nuestra misión para que desde allí empecemos a construir un mundo mejor. Bastantes problemas e interrogantes para nosotros simples humanos, ¿no?.
Pero la solución radica en que nuestra misión esta ligada a nuestra vocación, será entonces cuestión de ser fiel a nuestro sueño o vocación y empezar desde allí a soñar y a construir el mañana, todos lo hacemos de alguna forma, ya que todos forjamos la historia. MANOS A LA OBRA, HAGAMOS HISTORIA.
No sé, a ciencia cierta, sí lo que elegí sea mi misión pero esta bueno intentar, probar, experimentar, quizás equivocarse, pero al fin y al cabo lo que importa es que siempre, por más pequeña que sea nuestra experiencia, aprehendemos y enseñamos, damos y recibimos, perdemos y encontramos, algo muere y algo nace, así es el maravilloso ciclo de la vida.

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