lunes, 6 de abril de 2015

Cuando se oculta el sol


Te imagino cerca de mí, paseando por la orilla del río. Palabras sin sentido tejen nuestro primer dialogo cara a cara. La brisa del viento nos despeina el pelo y provoca la primera risa de mi boca. Es que ver los esfuerzos que haces para no arruinar el momento, te hacen ante mis ojos lo más adorable que conociese.
Bufón te definiste una vez para mí y si eso es sinónimo de alegría y plenitud, bienvenido que lo seas entonces. Pensando en eso siento tu mano tomando la mía y tiemblo ante ese contacto, esperado, anhelado pero que por sorpresa me ha tomado.
Ahora sos vos la que se ríe al percatarse de mi sonrojo, de esa mueca tímida que no quiere convertirse en sonrisa para no delatarse. Mueca que me traiciona cuando lleva brillo a mí mirar.
Y ríes entre divertida y nerviosa, porque por sentir que estoy perdiendo voy subiendo mi mano por tu brazo y me llego hasta tu cuello. Lo acarició despacio para sentir como tu corazón golpea fuerte en tu garganta. Estoy segura que si te preguntase algo no te saldrían las palabras para contestarme. Sin embargo poco me importan en este momento las palabras, ya hemos dicho bastantes.
Por eso calló yo también y sigo mi recorrido hasta tu mejilla, mientras siento tus manos en mi cintura aferrándose con esa fuerza tan tuya.
Mis dedos delinean tus labios conscientes de que el tiempo es relativo, que todo puede desaparecer si no se sabe memorizar el momento. Y tus manos lo saben también por eso juegan con mis costados, mientras nuestros rostros se dan a la tarea de acortar la distancia, mínima, que había entre tu boca y la mía.    
No falta, en ese encuentro esperado, un suspiro que se nos escapa. Suspiro que lleva la osadía de Alejandría y el color de la esperanza. Suspiro que resume prisas, ansías y la sensación de estar en casa.

Un suspiro que permite que tu lengua se encuentre con la mía y vuelva a definir qué es la poesía. Y al terminar nuestro beso el sol se comienza a ocultar mezclando, entre el cielo y el agua, el violeta con el ámbar. 
Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)

2 comentarios:

  1. Puedo decir que es la declaratoria de deseo y pasión mas hermosa que he leído y que trata de la fortuna de estar al lado de ese ser amado y que entre las miradas saben que los sentimientos son recíprocos, que los miedos y nervios se apoderan igual para ambas, y que la calma de ese bello paisaje encierra y es testigo de aquel amor recién nacido

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    1. Es bueno que hayas podido ver eso, porque la intensión al escribirlo era poner en palabras justamente ese deseo, pero no teñirlo de solo eso sino también de un sentimiento que impulsa el deseo. Muchas gracias por tus palabras, y me alegro que te haya gustado este escrito.

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