martes, 23 de marzo de 2010

Una noche en Egipto (cuento que hice en la primaria con mi mamá)





Hace tiempo, una noche tuve un extraño sueño en el que veía salir el sol, imponente detrás del horizonte. Sacerdotes y sacerdotisas saludaban al dios Ra. Y allí me encontraba yo una de las sirvientas de Cleopatra, la reina de Egipto.
Estábamos navegando el Nilo, con sus aguas verdes y calmas, cuando vi en el Valle a los hombres que preparaban la tierra para los cultivos.
Mientras desembarcamos contemplé una escena muchas veces repetida, un agente de impuestos hacía calcular el área de un terreno para poner un precio adecuado, el escriba sentado tomaba nota de las medidas y el agricultor los miraba preocupado.
Fornidos egipcios transportaron a la reina en su trono hasta el palacio, otros sirvientes y yo seguimos la caravana. Entrando al palacio quede asombrada al ver el lujo de sus adornos, en oro y piedras preciosas.
Atardecía, detrás de las pirámides se ponía el sol y la reina Cleopatra peinaba su larga y negra cabellera, mientras otra doncella y yo le preparábamos su baño de leche y esencias. Fue allí entonces cuando me quede pensando como una mujer tan bella podía tramar la muerte de sus enemigos, probando el efecto del veneno con sus sirvientes.
Esa noche después de la cena, ella se acercó a mí con una copa, y me dijo:
¾ Sí amas a tu reina, ¡bébelo!...
Entonces desperté sobresaltada, y un escalofrío me hizo temblar. ¡Pero que alivio!, todo era un sueño y Egipto esta demasiado lejos, para volverlo a ver.
FIN

 Alexiss Mocçia®

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