viernes, 16 de agosto de 2013

En la lejanía de la noche… se oye una voz:



En la lejanía se oye una voz
es el lamento de un alma llena de dolor;
que trae consigo un cruel adiós
y recuerdos de un viejo y traicionero amor.



Él lo dio todo por ella,
inclusive la luna y las estrellas.
Mató a un ruiseñor por una rosa,
y aún así todo fue poca cosa.



Dedico toda su vida a serle fiel,
y no pudo siquiera rozar su piel.
Le escribió sinceros versos,
que no sirvieron ni para conseguir sus besos.



Recibió por su cariño solo humillación y despecho,
y aún así siempre a las balas le puso el pecho.
Podía haber tejido un abrigo con sus sueños,
pero, al estar tan enamorado, prefirió que el viento de ellos fuese el dueño.



Nunca busco, para su dolor, consuelo;
pues jamás dejo de hacerse el duro.
Nunca mostró cuán difícil era su duelo;
ya que sentía que nada era imposible si el amor era sincero y puro.



Todo se trago,
y de nada se quejo.
Todo lo dio,
y de nada se arrepintió.



Pero hoy su fin le llegó,
la sombra de la noche eterna vino en su busca.
Es el momento de olvidarse lo que ya pasó,
y soltar toda aquella carga que bien no luzca.



Por eso es que se escucha hoy, en la noche, una voz.
Es un alma expiando su dolor.
Es una vida que dice para siempre adiós.
Es alguien que a pesar de todo siempre creyó en el amor.

Alexiss Mocçia®

sábado, 3 de agosto de 2013

Egipto:


El sol nace por detrás de las pirámides,
pues a despertar al Faraón, sus rayos vienen.
El Faraón, al igual que el sol, es de todo Egipto
el supremo dueño indiscutido.


Al igual que las pirámides,
la vida de los faraones
está llena de magia, misterio,
brillo y ensueño.  


 A ambos los envuelve la inmortalidad
y los embarga la obligación,
de dar al pueblo estabilidad y prosperidad,
para que no reine la desolación.


Nadie se pregunta qué pasa,
por el corazón humano del Faraón.
Solo se espera y se desea,
que, en él, el bienestar de Egipto sea la prioridad mayor.


No ven a un hombre, ven a un Dios.
Le rezan, le hacen ofrendas y le obedecen sin rezongar.
Inclusive lo siguen venerando, cuando este mundo ha dejado de habitar.
Y es que sin su luz deviene el caos.


¡Egipto amado!, no apagues tu luz,
ni sucumbas aún.
¡Egipto soñado!, conserva tu brillo por mil años más,
que todavía hay niños que sueñan con tu suelo pisar.


Me dolería verte perecer.
No me gustaría verter desaparecer.
Quisiera, como la gente, que en ti, vivió ayer
verte siempre triunfal y perenne.


Espero Egipto amado,
que siempre haya un Faraón que vele tu hado,
o que tus monumentos
te protejan de la destrucción que ejerce, el paso del tiempo. 


Alexiss Mocçia®

lunes, 29 de julio de 2013

El vals del amor:


Toma mi mano, sostén mi cintura.
Y girando una vez más
dejemos, que en esta noche, reine la locura,
mientras me besas al son de este hermoso vals.


No permitas que la noche se termine,
convence a la luna para que no deje salir al sol.
No dejes que me vaya sin que te bese,
y concédeme el placer de escuchar un «te amo» con tu dulce voz.


No es una música cualquiera,
la que en esta noche suena.
Es suave melodía que del corazón hoy brota,
para que olvidemos aquella historia, con sabor a derrota.


Bésame, mientras los músicos de la orquesta nuestro vals mágico toquen,
y la luces de las candelas nos iluminen.
Que esta noche quede en nuestra memoria grabada
y escriba una historia soñada.


Y antes de que el sol haga su aparición,
téjeme, con caricias, una ilusión. 
Dame un beso que sepa a glorioso sueño,
y deja que el amor ,de este maravilloso encuentro, sea el dueño.

Alexiss Mocçia®

jueves, 6 de junio de 2013

De noche… te sueño, te beso y te amo:



Suspiros de la noche,
que saben a puro reproche.
Me señalan con cizaña,
Que sin ti no soy nada.


Si bien ha pasado bastante tiempo de nuestro adiós,
hoy, más que nunca tu recuerdo se vuelve atroz.
Me duelen nuestras últimas palabras,
y por eso voy perdiendo la calma.


Se presentan sueños
que parecen pesadillas,
que me traen el recuerdo, de tu último beso
sobre mi mejilla.


Todo esto pasa cuando manda mi subconsciente,
y ya no hay lugar para mi mente inteligente.
Se desvelan los sentimientos que de día duermen,
y se desatan las pasiones que el sol adormece.


No hay en la noche consuelo,
para tanto revuelo.
Y no queda más remedio,
que admitir que aún te quiero.


Te quiero,
porque aún te presiento.
Y te intuyo,
pues aún te deseo.


Y es así como evitar no puedo,
que de noche,
yo te sueñe, te bese
y te ame de nuevo.

Alexiss Mocçia®



domingo, 2 de junio de 2013

Te veo pero no te tengo:




Cuando desde lejos te veo
respirar ya no puedo.
Se congelan mis sentidos,
y se detiene el tiempo.


En tu encanto quedo así atrapada.
Y repaso en mi cabeza,
lo que de ti me encanta;
y por un minuto creo que, para contarte lo siento, tendré confianza.
.

Salgo de mi fascinación
al escuchar la suave melodía de tu voz,
que me brinda un saludo veloz,
que alegra mi corazón.


Tenerte como mi mejor amigo,
es mi bien más querido.
Pero debo confesarte que desde hace un tiempo,
solo sueño contigo.


Y es que te veo,
y me muero por tus besos.
Y es que no te tengo,
a pesar de mis deseos.


No tengo tus caricias,
ni tengo tus abrazos.
Solo veo tus prisas,
por conservar, a nivel amistad, nuestros lazos.


Aunque me duela el alma,
no voy a obligarte a nada.
Pues no quiero forzar en ti un cariño,
que llegues  a sentir como un castigo.


Mas sin embargo te digo,
Que seguiré siempre contigo.
A pesar de que deba conformarme con verte,
pero nunca poder tenerte.

Alexiss Mocçia®

jueves, 23 de mayo de 2013

Tú…mi lugar seguro:



Perdida entre tus brazos,
recuerdo lo que me costó ser la dueña de tus besos.
Besando tiernamente tus labios,
caigo en cuenta de lo mucho que te amo.


Mirando tus tiernos ojos marrones,
siento que para amar nunca es tarde.
Rozando tu suave y rosada piel,
voy jurándote que siempre te seré fiel.


Jugando con tu negro y ensortijado pelo
descubro que tu ausencia sentiría como un doloroso duelo.
Y disfrutando de este tiempo, los dos juntos,
comprendo que tú eres mi lugar seguro.


Alexiss Mocçia®


sábado, 11 de mayo de 2013

Diez razones:


Es tu sonrisa amena.
Es tu voz clara y serena.
Es la simpatía que emanas.
Es la bondad que irradias.


Son tus ojos dulces
Son tus labios suaves.
Son los abrazos que me confías.
Son las miradas que me brindas.


Son las caricias que anhelo.
Son el cuerpo y el alma que deseo.
Estas son las diez razones,
por las que de tu cuerpo y tu alma he hecho dos soles.


Y son también, aunque no me creas,
las que me hacen amarte más que a nada, más que a nadie.
Y por ellas solo tú eres el dueño,
de mi vida y de mis sueños.
                               



Alexiss Mocçia®