En
la lejanía se oye una voz
es
el lamento de un alma llena de dolor;
que
trae consigo un cruel adiós
y
recuerdos de un viejo y traicionero amor.
Él
lo dio todo por ella,
inclusive
la luna y las estrellas.
Mató
a un ruiseñor por una rosa,
y
aún así todo fue poca cosa.
Dedico
toda su vida a serle fiel,
y
no pudo siquiera rozar su piel.
Le
escribió sinceros versos,
que
no sirvieron ni para conseguir sus besos.
Recibió
por su cariño solo humillación y despecho,
y
aún así siempre a las balas le puso el pecho.
Podía
haber tejido un abrigo con sus sueños,
pero,
al estar tan enamorado, prefirió que el viento de ellos fuese el dueño.
Nunca
busco, para su dolor, consuelo;
pues
jamás dejo de hacerse el duro.
Nunca
mostró cuán difícil era su duelo;
ya
que sentía que nada era imposible si el amor era sincero y puro.
Todo
se trago,
y
de nada se quejo.
Todo
lo dio,
y
de nada se arrepintió.
Pero
hoy su fin le llegó,
la
sombra de la noche eterna vino en su busca.
Es
el momento de olvidarse lo que ya pasó,
y
soltar toda aquella carga que bien no luzca.
Por
eso es que se escucha hoy, en la noche, una voz.
Es
un alma expiando su dolor.
Es
una vida que dice para siempre adiós.
Es
alguien que a pesar de todo siempre creyó en el amor.
Alexiss Mocçia®
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