Mis demonios y mis
fantasmas
que están debajo de mis
sabanas
son la condena que me
atrapa
y forman las cadenas de
mi alma.
Lo que dije y lo que
callé
lo que omití y lo que
realicé
es lo que en las noches
no me deja dormir
y el invierno es frío
si no estás aquí.
Caí en la cuenta que he
caído tantas veces
que creo que el suelo
me ama con creces.
No hace falta que te
diga que pienso sandeces
al menos una vez al
mes.
Sabes de sobra que hago
broma entre las cosas serias
y eso es para que no me
ahogue la pena.
No mires raro, siento
hoy más que ayer el peso de mis cadenas
y aunque quiera gritar
las palabras se me vuelven arena.
Es que si supieras bien
lo que temo
entenderías lo que
siento
pero ahora solo tengo
de testigo al viento
como mi fiel consejero.
No hay soles en mi
esquina,
y la luna se muestra
conmigo esquiva.
Se cansó de recordarme
que estoy viva
y que hay esperanza
todavía.
Pero el universo que
nos cobija
dejo abierta una
rendija
por donde mi cadenas
se encontraron con tus
tijeras.
No es que hayas borrado
mi pasado
solo es cuestión de que
ahora paseo de tu mano.
No es que se han roto
todas mis cadenas
solo es cuestión de que
es más llevadera la condena.
No es que se me haya
ido el insomnio
es que lo comparto
contigo.
No es que haya dejado
de sentir miedo
es cuestión de que te
siento conmigo.
No es que se haya ido
el dolor
es solo que contigo
todo es un poco mejor.
No es que vea en rosa
es solo cuestión de que
ya no estoy sola.
Mis cadenas están aquí.
Mis fantasmas todavía
piensan en mí.
Mi condena está ahí
Y mis demonios aún se
burlan de mí.
Pero muchas cosas
tienen sentido
desde que me crucé
contigo.
Y muchas cosas se ven
distintas
desde que volamos
juntas.
Alexiss
Mocçia®
(El crédito de la imagen no es mío)
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