Mirando
la luna desde mi balcón recordaba tus besos y tus brazos dados con intensa
pasión. Pensé, en ese momento, que las noches que contigo pasé me supieron a
gloria. Me encantaba despertar sobre tu pecho acurrucada y no veía la hora de
que tu boca encontrara la mía y dulcemente me diera los buenos días.
Pero
como todo lo que empieza, maravillosamente, de color rosa debe termina así a
nuestra historia le llegó su final. Fue bastante cruel debo admitir pues esa
traición no la vi venir ni la esperaba de ti.
Aún
en sueños, (que son más bien pesadillas), te veo a ti con mi amiga en nuestro
inmaculado lecho. Que pasó luego a ser nido de culebras y de murciélagos, pues
fue cuna de engaños y traiciones de dos individuos que desconocen los códigos
del compromiso y la amistad.
Dichos
individuos, que no saben de amor ni de honor, lastimaron a un alma enamorada
que tenía ilusiones y esperanzas. Aquella alma enamorada creía en el amor
incondicional, en la sincera amistad y buscaba con optimismo la formula exacta
de la felicidad. Pero de golpe tuvo que enfrentar la vil y cruda realidad.
Desde
aquel momento la oscuridad mi ser invadió. No supe qué hacer ni cómo proseguir,
sólo atiné a dar la vuelta y desaparecer. Lamentablemente ese desaparecer no
fue tan literal como esperaba, creo que más bien fue una desesperada huida a la
casa de mi infancia. Estando en aquella me refugié en mi cuarto de niña que no
había cambiado en nada desde que había volado tras una ilusión de amor.
Ahora
en la distancia, estando ofendida y sintiéndome dolida y traicionada, maldigo
el día en que dejé mi casa para comprometerme con quien creía iba a ser feliz.
Aun más sabiendo que para él tan sólo fui un juego o un objeto que cambió, como
figurita repetida, cuando ya no le sirvió más.
Sólo
espero que el tiempo se de verdad el remedio de mi dolor, la cura de mi
angustia y el sabio consejero que me ayude a levantarme. Quiero creer que
pronto volveré a confiar en los demás, a abrir mi corazón una vez más y a
olvidarte como tú me has olvidado. Y mientras aguardo a que aquello pasé
agradezco estar de vuelta entre cuatro paredes conocidas, amigas, que saben
cuánto en mí ha sucedido, cuánto he crecido y cuánto me falta aún por aprender.
Alexiss Mocçia®
Hola Ale-chan, sin duda un escrito donde cada letra deja filtrar la añoranza de un amor perdido.
ResponderBorrarLo pondré en mi muro del facebook, espero que te animes a compartirlo en el Group's Evil y me etiquetes cuando subas una nueva entrada a tu blog. Chaus!