miércoles, 26 de noviembre de 2014

En otoño


En el otoño he nacido
y el viento mi cuna ha mecido.
Son las hojas secas el color de mi pelo
y las raíces en la tierra la que tiñen mis ojos.


Son mis emociones grises remolinos
y mis aspiraciones fuertes torbellinos.
Es mi hobbie escribirte,
mientras la mañana de oro se viste.


Es un hábito dedicarte el amanecer
y soñar que contemplas conmigo el atardecer. 
Has hecho de mí una romántica,
en toda la extensión de la semántica.


Si me vieras ahora subida al bus
 escribiendo frases inconexas
en un intento de enviarte luz
allí donde te encuentras.


De seguro reirías
aconsejándome que deje de ser idílica,
que amores de cuento no se ven en nuestros días
y que es mejor aprovechar los atisbos que encuentres de alegría.


Pero por tus ojos claros
bien vale el esfuerzo
de intentar alcanzar tus manos
aunque la realidad caiga en mí con su peso. 

Alexiss Mocçia®


viernes, 14 de noviembre de 2014

Sin miedo

(El crédito de la imagen no es mío)


Perdida en el mar de tus ojos,
juntando de mi los despojos
de un corazón vuelto trozos.

Pienso que todo sabe a poco,
que el mundo está loco
y que no hay en la vera ni un solo punto de apoyo.

Siento que en mi las cosas cambian,
que aquello que me calma
y mi mente aclara
el destino lo ha dejado en tu alma.

Por eso sin miedo
suelto mi pasado.
Por eso con tino
arrojo de nuevo los dados. 
Alexiss Mocçia®

lunes, 3 de noviembre de 2014

Mi propia voz:


Otra vez la angustia en mi pecho recordándome la soledad que siento. Y aunque dije que esperaría el amor tan paciente como quien espera que el otoño se vuelva primavera, no puedo evitar que me embargue la pena.
Y me pregunto si habrá alguien para mí, bajo este sol de abril. Quizás uno de esos hombres que no me supieron en el pasado ver. O tal vez una de esas mujeres que me roban el aliento en sueños aunque yo no sepa aún bien el porqué.
Es aquí que veo que soy una muñeca rota, esas de porcelana que alguna vez fueron gloria y hoy son nada. Y entonces me doy cuenta que no me diferencio de aquel Pierrot que entre calles añejas habla del dolor que hay detrás del amor.
Elevo entonces una canción al vacío preguntándome quién soy, y me vuelve un eco silencioso que sabe a frío. Nadie a la vera de esta triste soñadora con alma de niña loca.
Nadie en la senda de esta joven mujer con ansia de querer, corazón de poeta y voz de trompeta.
Y suena a lo lejos un ruiseñor que se acopla a la canción de un viejo trovador que con mandolina y ron, nos habla de la derrota y el sinsabor.
Y en la vera de este mar voy llenando mis pulmones de sal. Y en cada respiro siento que vivo y en el mecer de las olas vibro.
Solo pies caminando en la orilla. Solo ojos perdiéndose en el horizonte lejano. Solo congojas que riegan lágrimas en mis mejillas. Solo un grito ahogado que no sabe llegar a ningún lado.
Y en medio de todo un corazón que late, que desea que sepan que arde. Un corazón que le dice a mi cuerpo que aún no es tarde, que no baje los brazos, que alce vuelo y busque el amor.
Y una voz que bien puede ser mi madre o Dios que clama; «Se libre, se vos». Una voz que se lleva el miedo de mostrarme tal cual soy, de abrir de par en par las puertas de mi corazón y de alzar de nuevo mi propia voz.    

Alexiss Mocçia®

(El crédito de la imagen no es mío)

lunes, 20 de octubre de 2014

Pequeña Ariadna: (A mi madre que me inculco el amor por la lectura)


¿Qué «Vuelta de tuerca»
espera al final del camino?
¿Qué «Rebelión en la granja»
marca mi destino?


¿Es «Un mundo feliz»
el que me espera contigo?
¿o «La vuelta al mundo en ochenta días»
que nunca termina?


¿Eres aquel «Romeo con su Julieta»
u «Otelo en una rabieta»?
¿Eres « El Mercader de Venecia»
o « La Reina Malvada»?


¿Qué papel juegas
pequeña Ariadna?
¿Buscas «La isla del tesoro»
o las «20.000 leguas de viaje submarino»?


¿Son tus «ojos como los del perro siberiano»
o del color de «Estudio en escarlata»?
¿Sabes de «La importancia de llamarse Ernesto»
o del «Caballero de la armadura oxidada»?


Dime pequeña Ariadna
¿has oído del «abanico de Lady Windermere»
o de la «Querida Alejandría»?
¿Llegaron a tus oídos las «Memorias de Adriano»
o los avatares del Mío Cid?
¿Te unirías al «Don Quijote»
o preferirías ser un Hobbit?


Dime que con esto entenderás por qué esta «Prohibido suicidarse en primavera»
y no tentar a «La Dama del Alba».
¿Acaso pretendes visitar «La Casa de Bernarda Alba»
o le harás caso a mamá y volverás a la cama?


Sigue mi consejo pequeña Ariadna
deja ese cuento para mañana
descansa hoy de emociones y fantasmas
y permite que te arrope con esta tierna nana.

Alexiss Mocçia®

martes, 30 de septiembre de 2014

Al fin regresé:

(El crédito de la imagen no es mío)


Saliendo de la ducha
me entrego a mi propia lucha.
E imagino que tú ya lo sabes,
pues me conoces más que nadie.


Veo con desprecio el cuerpo que en mi cama yace
y me preguntó por qué fui tan tonta ayer.
Y otra vez te logro en mi mente ver
diciéndome «Eso te pasa por no saber perder».


Me acerco a la ventana,
esperando que el frío viento traiga algo de calma.
Y me enojo porque tengo que darte la razón,
me da miedo y pavor perder el control.


Contigo lo pierdo todo;
 y no queda más que miedo en mi saco roto.
Pero otra vez vuelve tu voz diciendo «Revisa mejor»,
y caigo en cuenta que lo que en realidad queda es amor.


Maldigo la forma que tienes de moldearme a tu antojo.
Maldigo tus carnosos labios que me dejan hecha un manojo.
Maldigo tus manos experta que logran dejarme despierta.
Y maldigo ese «Te amo» con el que, después de nuestra entrega, me arropas


Maldiciéndote me voy vistiendo;
y recorriéndote con mis dedos te pienso.
Entonces caigo en cuenta, que tú eres mi cielo
y yo soy tu templo.


Corro o vuelo
a nuestro adorado encuentro.
Corro o vuelo
con miedo a que te hayas marchado.


Tomo temblorosa la llave
de debajo del carmesí tapete.
 Entro sigilosa a tu departamento
y te encuentro contemplando, por el gran ventanal, las luces sobre el tejado.


Sentada sola,
allí en la penumbra,
te me presentas como una sublime obra de arte
y tengo miedo de romperte al abrazarte.


Pero las ganas pueden más,
y te asalto por detrás.
Sé que sabes quién soy y sonríes de par en par
por lo que no me sorprende que nos estemos a punto de besar.


Beso que en mí dice
«Al fin regresé»,
y en ti narra
«Bienvenida a casa».


Y al girarte completamente hacia mí susurras,
ese «Te amo» que arrulla.
Y esta vez yo respondo,
«También te amo» perdiéndome en el brillo de tus ojos.

Alexiss Mocçia®


sábado, 27 de septiembre de 2014

Si me dejarás ser…



Te pienso en esta noche estrellada,
y recreo en mi mente la desnudez de tu espalda.
Imagino que ahora estas con él
y los celos me recorren como fría hiel.


Intuyo que tus dedos se prenderán a su cabello,
mientras recorre con besos tu cuello.
Y creo soberbiamente que mi forma de besar tan singular
te hará sentir que yo soy la que en verdad te hace delirar.


Ya puedo ver tu rostro de insatisfacción,
cuando él haya llega al cielo y tú no.
Fingirás una sonrisa y le dirás que ha sido un colosal titán,
cuando en verdad no es más que un ruin patán.


Irás pronto al baño a sacarte con una ducha su olor.
Y en tu pecho se instalará el dolor
de haber cometido otra vez el error
de creer que con él está el amor.


Te acostarás pensando que a lo mejor
debiste aceptar aquel calor
que te ofrecí junto con el café
de aquel martes a las tres.


Y llorarás al caer en cuenta
de que me debiste dejar ser
aquella noche en la que te hablé de cometas
y te pedí que me dejarás recorrer a gusto tu ser.

Alexiss Mocçia®


jueves, 18 de septiembre de 2014

Aquello que se nos negó tiempo atrás...




Sutilmente me acerco a tus labios.
Lentamente dibujo de ellos su margen.
Cortésmente voy cubriéndote de besos.
Dulcemente recreo en mi mente tu serena imagen.


Gloriosos los momentos que paso contigo.
Satisfechos los pensamientos que despiertan con el viento.
Dichosos los que oyen nuestro ahogado grito.
Victorioso aquel encuentro que tú y yo mantenemos con cierto tinte erótico.


Vas a negarme que te gusta sentirme.
Vas a negarme que no te apetece tocarme.
Vas a decirme que has dejado de amarme
y que ya no puedes intuirme.


Pues entonces deja que tu cuerpo me cuente
aquello que le ocultas a la gente.
Ese sentimiento que te ata a mi corazón
y escribe cuando nos vemos una única canción.


Presos de la pasión,
somos los dos en cada encuentro.
Amigos del amor
logramos ser en cada uno de estos versos.


Por eso no digas esta noche que no deseas que mi boca
dulcemente te recorra.
Por eso no digas que esta noche no quieres que mis manos
sutilmente cambien nuestro triste hado.


Esta noche te propongo que te dejes llevar por eso que deseas.
No reprimas esa pasión que te invade hasta desfallecer.
No ves que es hora de disfrutar,
aquello que se nos negó tiempo atrás.

Alexiss Mocçia®