Porque
río cuando ríes, y lloró cuando lloras.
Porque
me rebelo y me flagelo con tus derrotas.
Porque
vibra mi pecho en cada una de tus victorias.
Porque
mi sangre es tu sangre, y tu sombra mi sombra.
Porque
eres esa parte de mí, que sin saberlo
me
inquieta, me conmueve, me contiene y me zozobra.
Porque
eres el proyecto que la vida me propone hora por hora.
Esa
mirada por donde huelgan las palabras, pues toda tú eres canto de alondra.
Y
como no temer que te lleve el viento de primavera uno de estos días.
Como
no temblar mientras crecen tus alas y se achican las mías,
si la vida no es color de rosa…
Como no sentirme impotente ante esa
libertad que galopa fuerte en el aquí y ahora
y solo puede verte… y no puedo más que
acompañarte en esa aventura
que es tu vuelo de paloma.
Porque no puedo detener lo que crece…
y ya estas a mi altura.
Porque no puedo impedir que sufras, es
que estaré allí por si se apaga la luna.
Estaré allí si te sientes mal, si te
sientes sola, si te atrapa la duda.
Estaré allí si se adentra en tu
corazón la penumbra.
Estaremos juntas,
porque madre e hija no se deja de ser
nunca.
Monique