El cielo pintó tu pelo,
y la tierra se durmió
en tus ojos.
Mis besos se adueñaron
de tus labios,
mientras vos te hacías
con mi corazón.
Volví a pedirle deseos
a las estrellas
y comencé a pensar que
tienen cura mis heridas.
Pocas palabras nos
concedemos desde hace unos días
pero es suficiente para
que me invada la alegría.
Quizás sea una osadía
pero me gustaría
tenerte en mi vida.
Me encantaría invitarte
un café
y susurrarte al oído algo
en francés.
Perderme en alguna
calle contigo
y que la lluvia nos
sorprenda en un abrazo compartido.
Besarte y saber que aún
nos faltan cosas por aprender.
Mirarte y comprender
que no hay nada como nuestro querer.
Dedicarte mis escritos,
inventarte mil versos,
compartir momentos,
cobijar tus sueños.
Ser causante de tus
risas
y el pañuelo de tus
llantos.
Intentar ser yo misma
sin miedo al fracaso.
Aguantarte la mirada
sólo para hacerte enojar
y traerte luego la
calma,
con mi forma de besar.
Estas son las cosas que
quiero
y por las que he
esperado años enteros.
Pero algo me dice que
tarde he llegado,
a la cita con tu amor.
Y aunque quiera cambiar
mi suerte no existe ni la más mínima posibilidad
de que te des cuenta de
mi mirar
y por mí te quieras
jugar.
Por eso sólo en secreto
te he de amar.
Alexiss
Mocçia®
(El crédito de la imagen no es mío, la edición sí)
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