miércoles, 16 de septiembre de 2009

Amor Prohibido




Viaje de placer,
que moldeó mi ser
al devolverme una ilusión
que creí haber perdido en una canción.


Arrebato inconsciente.
Pensamiento subconsciente.
Impulso inmediato.
Sentimiento insensato.



Aunque entre nosotros todo esté prohibido,
no puedo evitar sentirme atraída por tu amor bandido.
Robas besos de mis labios
y haces que los tuyos sienta míos.


Sabido es que te debes a alguien,
sin embargo como yo te amo no hay nadie.
también es cierto, no lo niego, que yo me debo a alguien más,
más debes saber que mi corazón por siempre tuyo será.


Aunque esta historia lo tiene todo para crecer,
los obstáculos en el camino lo hacen desaparecer.
Nuestro amor va a perecer,
pues no tiene ni debe tener razón de ser.


Es sabido ya que te tendré que olvidar,
pues mío jamás serás
ya que nunca podría robarle un amor a otra.
Pero aún así no puedo evitar que mi corazón se rompa.


Olvidar es mi obligación,
pero no consigo, por más que intento, cumplir esa misión.
Quisiera poder cumplirla al pie de la letra,
pero no puedo hallar una eficaz estrategia para alcanzar mi meta.


Dime Dios como puedo hacer
para libre volver a ser,
para de mi mente y mi corazón sacarlo para siempre.
Y sobre todo dime como hago para en el amor volver a creer.

 Alexiss Mocçia®


domingo, 30 de agosto de 2009

Culturas americanas

El titulo es la mejor presentación sin embargo debo aclarar que hablo de aquellas culturas olvidadas, calladas hace tiempo por diversas razones, mutiladas sus creencias y sus dialectos.
Ya hace algún tiempo que nadie habla de ellos, ni siquiera los nombran, nadie los recuerda ni los conoce. Libros enteros que solo hablan de Incas, Mayas y Aztecas y dejan de lado a aquellas que por más pequeñas que hayan sido han hecho historia. Las hemos olvidado de forma colectiva e individual y lo peor es que no nos sentimos ni un poco responsables de estas amnesias y por ese motivo no movemos ni un dedo por hacerlas resurgir, por devolverles su presencia y su identidad; cuando en realidad tendría que ser nuestro deber hacerlas renacer, resucitar, resurgir o sobrevivir, pues aún hay en este bendito suelo americano descendientes de esas olvidadas tribus. Los fundadores de esas tribus hace años que se marcharon para no volver, que se marchitaron como hojas en otoño, y que se ahogaron sus voces porque de ellos se adueñó la autodestrucción, las guerras entre tribus y la llegada de los españoles.
Españoles que con su ímpetu de conquista borraron de nuestra historia su idioma, sus costumbres, sus creencias; que acallaron sus ideas y los obligaron a aceptar la cultura que ellos traían, cultura violenta y despótica que se escudo tras una evangelización que jamás llego a ser asimilada por esos hombres que hicieron lo posible por defender sus ideales, pero que no pudieron resistir y sucumbieron ante el poder de los invasores; no solo por las armas o mitos que giraban alrededor de ellos, sino también por las enfermedades que trajeron y para las que no estaban preparados; más los trabajos forzados (minas), a los que estuvieron obligados cuando fueron puestos al servicio de la corona española.
Sin embargo no todo se ha perdido, pues los españoles nos dejaron su idioma y con él podemos ser los portavoces de ese pasado poco conocido, podemos investigar, indagar y hacer que la amnesia se vuelva memoria y que ésta se haga conciencia, con la que podríamos devolverles la voz a esas tribus cercenadas y desaparecidas, que alguna vez fueron gloria, vida y esperanza, y que gozaron de un apogeo propio, de una prosperidad que se vio truncada por las desventuras del destino.
Está en nuestras manos atender este asunto y no dejar que sigan olvidadas sus huellas en esta tierra, sacarlas del cajón o baúl tapado por el polvo de los años y volver a darles vida para que puedan escribir también su parte de verdad, y nos den ese capitulo que nos falta y esas herramientas que hoy podríamos utilizar.
No dejemos por ningún motivo una laguna o vacío en nuestro rico pasado, hagamos hoy lo que nadie se ha atrevido, mira tú a ese hermano perdido, olvidado y dime si te quedarás con los brazos cruzados.

sábado, 29 de agosto de 2009

Amor de verano



A orillas del mar
te oí cantar.
La luna te alumbraba
mientras yo te admiraba.


Al terminar tu canción
te percataste de mí,
me diste; en un beso; una ilusión
y ya no pude olvidarme de ti.


El mar y la luna
testigos fueron de nuestro amor,
que en penumbras
se llevo de nosotros el dolor.


Nuestra sincera entrega,
quedo grabada en la arena,
pero lejos de borrarse
prefirió con el mar mezclarse.


Historia que será eterna,
 aunque de la mente desaparezca.
Amor de verano,
que ha valido cada centavo.


Te recordaré siempre,
a pesar de que el tiempo pase.
Nunca olvidaré tu canción y tu beso,
ya que sentido a todo le da eso.


Aunque el verano terminó,
y con él nuestro amor
nunca sentiré acabado
ese momento en el que fue feliz mi corazón.


Quédate tranquilo amor,
tu canción recordaré,
jamás me olvidaré de tu voz
y siempre volver a verte querré.


Cuídate y se feliz,
que también yo lo seré,
y prometo guardar siempre una sonrisa para ti,
por más que con otro esté.


Historia que no olvidaré.
Canción que recordaré.
Beso que en mi corazón guardaré.
Y alegría que jamás perderé.

 Alexiss Mocçia®



El enojo y la ira


¿Qué dispara nuestro enojo?, ¿Qué despierta nuestra ira?, ¿Hay algún motivo particular que se encargue de suscitar esto?. Seguro que si lo analizamos desde la ciencia encontraremos una explicación racional que nos aclare esta reacción química producida por nuestro sistema nervioso, que a un determinado estimulo da una determinada respuesta, (enojo, ira, agresividad, dolor, alegría, euforia). Más yo no busco que se me explique este complejo y asombroso proceso, lo que intento es analizar que situaciones o razones nos impulsan a reaccionar así y por qué hay personas que se controlan más que otras.
Imaginemos por un minuto que nos hemos levantado relajados y descansados, tensos no ya que si nos encontramos así es muy probable que hasta la más minima cosa que suceda logre ofuscarnos. Aclarado esto volvamos a nuestra virtual situación, nos levantamos relajados, desayunamos liviano; para no sentirnos pesados pues eso cambiaría nuestro humor y lo que estamos tratando de ver son las causas externas, las que no podemos manejar ni anticipar. Volviendo a lo anterior hemos decidido no mirar el noticiero y preferimos escuchar música que nos alegra. Después de esto salimos a la calle, listos para trabajar o estudiar, bastante contentos, (Una aclaración dejaremos de lado al que va a trabajar o a estudiar caminando y nos centraremos en los que van en transportes públicos o en sus autos, a los que se les puede presentar más complicaciones en su trayecto). Bien nos habíamos quedado en que salimos y nos dirigimos a nuestro auto, al colectivo o al subte. Ya en alguno de ellos nos encaminamos a nuestro destino. Los que vamos en auto podemos poner la radio y mantenemos la calma hasta que nos topamos con un desvío por reparaciones, que hace años que empezaron; los que vamos en colectivo nos ponemos a leer, a escuchar música o simplemente nos adormecemos un poco, pero la tranquilidad se empieza a quebrar cuando nos encontramos con manifestación en plena avenida y el colectivo debe desviarse; y los que utilizamos el subte podemos hacer lo mismo que en el colectivo, pero la cosa se complica cuando anuncian demoras y ni se puede respirar por toda la gente que se encuentra en el vagón, se aplica lo mismo a los que utilizan el tren. Pero aún así en estas situaciones, que en nuestro tiempo se han vuelto cotidianas, logramos mantenernos calmados y llegamos a destino. Ya en el trabajo o en el lugar de estudio nos enteramos que lo ascensores no andan y las escaleras delante de nosotros se agigantan. Subimos como podemos, pero manteniendo la calma o lo que va quedando de ella, pues todo tiene un límite, somos humanos, eso esta más que claro.
Volviendo al tema que nos concierne, respiramos hondo y comenzamos nuestro día laboral o de estudio. Adentrándonos en la mañana, tarde o noche, dependiendo de nuestro horario, nos encargan una tarea difícil, compleja e individual que se debe de entregar al terminar la jornada. Empezamos a hacerlo resignados y con menos calma, al cabo de un tiempo nos damos cuenta de que nos faltan materiales o elementos para acabar dicha tarea, por lo que nos dirigimos hacia donde podemos hallar lo que nos falta, pero nos topamos con que no pueden darnos lo que buscamos, pues ya fue solicitado por alguien más. Exigimos que nos den una rápida solución, algo alterados, sin embargo nos retiramos sin nada, solo con nuestra bronca y enojo, que termina por estallar, al terminar la jornada, cuando al querer comprar algo nos damos cuenta que en algún lado nos han dado un billete falso, que no notamos en ese momento y que llevamos a casa como un agrio recuerdo.
La situación que detalle anteriormente la vivimos muchos cotidianamente, demoras, contratiempos, intercambios de ideas en malos términos, embotellamiento, gritos, humo, calor, frío, lluvia, sol, viento o humedad. Factores externos que afectan nuestro ánimo y nos hacen reaccionar de una manera irracional y muy perjudicial para nuestra salud; aunque también lo es el quedarse con esas cosas en nuestro interior, ya que nos estaríamos autodestruyendo.
Un consejo es que al encontrarnos frente a un motivo o razón que nos perturba, debemos respirar hondo y tomar algo de distancia para que se nos aclare la mente y el panorama, para así poder relajarnos y calmarnos evitando enfermarnos.

domingo, 5 de julio de 2009

Apología del deseo y la ambición


En la soledad uno valora la amistad y en la oscuridad la fraternidad. En la angustia se aprecia la dicha que nos produce la alegría y en dolor el amor.
Cuando nos gana el llanto preferimos el canto y en la apatía soñamos con la simpatía.
Puedo estar equivocada pero al parecer nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo hemos perdido,(un amigo, un hermano, la alegría, el amor, la simpatía, las ganas de vivir en armonía, el amor por el arte y la capacidad de ver y apreciar la belleza de la naturaleza), es decir que cuando tenemos todo eso a nuestro alcance y lo creemos seguro perdemos todo interés en ellos. 

Es como sí ya no nos erotizara o no sintiéramos por eso deseo alguno. Nos deja de importar cuando lo hacemos nuestro, cuando lo conquistamos, lo conseguimos y lo dominamos.
Es aquí donde aparece otra cosa que llama nuestra atención y apostamos todo para conseguirlo. Nos concentramos en la ardua tarea de inventar una estrategia para hacer nuestro eso que hay de nuevo en nuestra vida. 

Y en este nuevo afán se nos va la vida, el tiempo y todo lo que teníamos. Pues por esta nueva ilusión dejamos muchas cosa atrás, cosas que no volverán, que se harán pasado, se quedarán en nuestro camino y quizás se transformen en permanentes reproches que de seguro no se olvidarán.
¿Qué nos motiva a poner en riesgo todo lo que hemos logrado conseguir mediante mucho esfuerzo?, ¿qué empuja semejante ambición?, me parece que es nuestro deseo que jamás se satisface y siempre quiere más.
Pero ¿por qué nos comportamos así?, pues en eso somos como los animales. Aquí no entra nuestro razonamiento lógico solo manda el instinto que esta ligado al deseo.
El hombre, como todo animal, disfruta más del combate y de la batalla que de la victoria. Nos excita más todo el proceso de la conquista y los obstáculos que debemos superar a lo largo de nuestra empresa que el botín conseguido, que el objeto que nos desvela, que la pieza conquistada.
Como una fiera que disfruta de todo el proceso de cacería, sus corridas y sus saltos pero luego cuando ya tiene su presa se la come de un solo bocado. No la degusta, la devora pues todo ha acabado y solo resta irse a dormir y recuperar energías para una nueva cacería. Así somos nosotros con la pieza en mano nos retiramos. Ya toda excitación pasó y lo hemos anotado en el libro de nuestra vida. Ahora ya no nos importa, ya no lo deseamos porque sabemos que lo hemos conseguido. Es nuestro, esta asegurado y nadie nos lo arrebatara. Es ahí cuando lo archivamos y comenzamos a desear que otra cosa nos devuelva la ilusión.
En conclusión el hombre se deja dominar por el instinto más que por la razón y el sentido común.

 Alexiss Mocçia®

viernes, 26 de junio de 2009

Las Protestas


¡Proteste Ya!, pareciera ser nuestro lema, es decir que cuando algo nos molesta o no nos gusta, chillamos, pero mi pregunta surge en ese preciso momento: ¿Nuestra protesta tiene argumentos o simplemente protestamos por protestar?.
Para mí, protesta y propuesta van juntas, es decir que no basta solo con gritar y patalear, cosa que es de niños, sino que debemos justificar y contextualizar nuestra protesta, como en los ejercicios de la secundaria. Nuestro uso de razón y nuestro sentido común deberían servir para pensar un proyecto o propuesta para cambiar eso que nos indigna, enoja y molesta. Es así como debe funcionar la protesta, le doy un contexto y lo apoyo con un proyecto, que me comprometo a llevar a cabo y así mi protesta vale la pena. No hablo solamente de protestas políticas, sino también laborales, comerciales, sociales, morales y/o familiares, todo tipo de cosas que nos disgustan y nos ponen mal, todo tipo de situaciones que nos desbordan y por las que creemos vale la pena protestar, proponer y cambiar, modificar y/o transformar,
En definitiva si todos cooperamos podremos construir un mañana venturoso y un mundo mejor.

jueves, 25 de junio de 2009

Mirando la Ciudad

Desde mi humilde lugar de espectador observo como despierta la ciudad, aún cuando no ha salido el sol. Todo comienza entre el suave canto de los pájaros y el sordo ruido de los motores de los autos madrugadores. La gente empieza a desplazarse después de haber desayunado y al igual que yo tiene expectativas sobre el día que inicia.
Todo parece mágico, incluso la salida del sol, que aunque algo remolón en invierno nos sigue bendiciendo como en el verano. Ante este espectáculo que relaciona magia con ciencia, poesía con investigación, lógica con sensaciones, yo me quedo anonadada y me dejo envolver por él mientras las bocinas van apareciendo a la par del murmullo, cotidiano, que colma la ciudad.
Y lo más destacable es que bajo este ruido, que para algunos es ensordecedor, la vida se desarrolla con total normalidad, el ciclo comienza, algo muere y algo nace, una cosa se termina y otra empieza, todo se transforma nada se pierde, como dicen algunos; todo cambia y no se repite, como dicen otros. Más sin embargo siempre esta la puerta abierta al cambio, a la innovación, al surgimiento de algo nuevo, que cuando irrumpe o interpela en la cotidianeidad, a veces de raíz otras parcialmente, la modifica.
Ciudad que late al ritmo de sus habitantes, quienes no entendemos bien, aún, el verdadero significado de ser ciudadanos, a quienes todavía nos falta un largo trecho para tomar consciencia que nuestra cuidad esta en un país y que ese país
ES NUESTRO, y conforma NUESTRA NACIÓN, lleno de costumbres y tradiciones, recuerdos y olvidos, héroes y villanos, momentos soñados y sucesos odiados, en fin de historia, en la que nuestra ciudad fue la protagonista. Pero hoy ella queda olvidada, su voz esta apagada y todo porque nosotros solo nos ocupamos de habitarla, manipularla y usarla sin detenernos a pensar, ni un solo instante, que ha hecho mucho por nosotros, nos ha dejado morarla, nos da la bienvenida todos los días, nos deleita con sus luces y sonidos, nos dice cada noche que todavía hay esperanza y que nuestros sueños aún tienen la posibilidad de hacerse realidad.
He expuesto esto observando la ciudad, pensando en el futuro, en el presente y mirando algo del pasado y ha surgido de todo esto una pregunta que para mí, por ahora, carece de respuesta:
¿Qué hemos hecho nosotros por ella?