miércoles, 19 de octubre de 2011

Quisiera, desearía…dime:



Quisiera gritar,
quisiera patalear,
quisiera llorar.
Quisiera que no te marcharas,
y detenerte con una mirada.



Desearía rosarte,
desearía abrazarte,
desearía besarte.
Desearía en tu cuerpo perderme,
y hacer que jamás puedas olvidarme.



Haría lo que fuera para tenerte,
daría todo lo que tengo para que tus brazos me estrechen,
te bajaría la luna para que juegues
y me llegaría al sol  para mi amor eterno prometerte. 



Dime si podre conquistarte.
Dime si podre enamorarte.
Dime si podre para siempre tenerte.
Dime si lograré convencerte,
de que me ames para siempre.

 Alexiss Mocçia®


miércoles, 5 de octubre de 2011

La ciudad invadida por el caos



Caminando por las calles de “mi Buenos Aires querido”[1], me entro una inmensa angustia al ver tanta injusticia, por ellas esparcidas.
Y fue allí cuando un pensamiento cruzó por mi mente y dos importantes ideas se conjugaron en mí. La primera giraba en torno a Dios y en lo que había dejado como undécimo mandamiento, que nos amemos los unos a los otros, y la otra giraba en torno a Darwin y su teoría de la selección natural que impone al más fuerte sobre el más débil[2].
¿Por qué será que se me han aglomerado estas dos ideas en mi mente?. Seguro todo se resume a que no hacemos caso a lo primero y siempre estamos cumpliendo al pie de la letra lo segundo.
Esto se puede apreciar cuando algunos se dedican a manejar a los pobres, que sin educación no se pueden defender, y como ignorando sus derechos, se conforman con el choripan y la cerveza.
Estas personas forman la mayoría del pueblo y son quienes depositan sus vidas y sus almas, en las manos de los astutos tránsfugas, dueños de la palabra y esclavos de la demagogia. Estos hombres buscan que aquellos otros los voten y para ello, prometen protegerlos, ayudarlos y considerarlos siempre. Pero luego cuando consiguen lo que buscan se olvidan de todo, salvo de sus propios intereses.
No han de cumplir jamás sus promesas, aunque conozcan los problemas que sufre su pueblo y sepan las soluciones a ellos. Prefieren esquivar el hecho y disfrazar sus discursos con palabras complicadas, para que la gente no se sienta defraudada y los siga apoyando. Y lo peor es que esto se repite una y otra vez.
Cómo indigna ver y saber que el mundo sigue igual, que no evoluciona con los años, sino que estanca su joven espíritu y su madurez, al preferir la simple viveza estupida, que causa estragos en la ciudad, el país, el mundo y las personas, que expande el caos, fomenta la injusticia y cierra preciosas puertas, por sobre la conciencia reflexiva que lo lleve a crecer, madurar y progresar.
Lejos de esto confío, y deseo, que habrá una juventud o generación capaz de salvarnos de la extinción.

FIN
 Alexiss Mocçia®



[1] Referencia al tango de Gardel y Le Pera, en forma irónica.
[2] Citación de la teoría de la evolución. Teoría en la se basa también la ideología del positivismo, que propicia el progreso desmedido, y la superioridad de clases.

martes, 12 de julio de 2011

Es un tango no más:




Una vez oí un tango,
era triste y amargo.
Hablaba de un camino,
y de un amor que se ha ido.


Un hombre lloraba,
y el camino regaba.
Era con lágrimas de pena
que el viento se llevaba.


Y él recordaba en ese camino,
todas las tardes que lo recorrió
muy feliz cantando su amor
antes de que éste le dijese adiós.


Cuenta también su decisión,
de ir en busca de la perdida ilusión.
Dice también que el tiempo ha de pasar,
y a los dos ha de matar.


Solo queda el ayer,
para volver a ser aquel
que luz fue alguna vez,
pero que hoy sombra le ha toco ser. 

 Alexiss Mocçia®

martes, 14 de junio de 2011

¿Observadora o interlocutora?




Una multitud de gente murmulla y se mueve a mí alrededor, forma una masa amorfa y disonante. Conforman diversos grupos que comentan distintos temas, pero ninguno se me antoja interesante. Me siento a una mesa y contemplo desde mi silla como interactúan las personas que están en mi entorno; gesticulan, parlotean, se mezclan, se pierden en sus mundos.
Solo soy, de todo esto, una observadora, no pertenezco a ninguno de esos grupos, me muevo como en otra dimensión, aunque comparto con muchos mi elección de profesión y materias pertinentes a ésta. Lo que me demuestra que estoy como en otra parte, es que aún estando acompañanada la soledad en mí se instala y me devuelve la imagen de una realidad que escapa a todo aquello que ellos hablan o dicen. Y aunque intento impregnarme de lo que hablan, y pongo de mi parte en la conversación no puedo evitar el vacío que siento mientras esto pasa.
Al parecer presto mis oídos y mis ojos, pero no mi corazón, éste me lo guardo para mí. Cuido y protejo celosamente mi corazón para que nadie me lo rompa, ni lo lastime, ni le haga daño, como lo han hecho en el ayer. Me fijo minuciosamente a quien confiárselo. Estudio detenidamente a las personas, observo sus gestos, oigo atentamente sus palabras, y recién cuando veo que estos elementos se vinculan, en su mayoría, abro las puertas de mi interior para entablar una más sincera, sentida y real conversación. Dejo, en ese momento, de ser una mera observadora y me convierto en una ávida interlocutora; rió, me intereso por lo que dicen, me duele sus angustias y comparto sus alegrías. Pero esto no me sucede más que unas contadas veces, ya que la mayor parte del tiempo me siento ausente, extraña, distante; mas sin embargo disfruto de esas breves conexiones que me hacen sentir, de algún modo, completa.
Puede que una de las razones por la que tardo en congeniar con la gente sea mi profunda desconfianza, desarrollada por algunas situaciones en la que me han defraudado, o quizás sea también por ser muy analítica, o lo más probable es que ambas cosas sean causa de este peculiar fenómeno.
Espero y deseo que esta situación, que he expuesto, mejore en los próximos días o años o pueda, de alguna manera, ser controlada por mí; mas mientras eso ocurre valorare los amigos que hice y disfrutare de las breves conexiones que logro de vez en cuando.

martes, 31 de mayo de 2011

Capitulo inconcluso



Busco una razón para olvidarte pero no logro hallarla. Todo de ti aún me parece perfecto. Tus ojos color cielo, tu pelo enrulado color café; que en las mañanas mojas para poder peinarlo; tu bella sonrisa que picara cautiva y tus manos fuertes, seguras y dadivosas solo hacen que más te piense cada día.
Y a pesar de que hace un tiempo ya no tengo el privilegio de verte todavía sueño con tenerte. Extraño todo lo referido a ti tus ojos, tu pelo, tu sonrisa, tus manos, tus simpáticas ocurrencias e inclusive tus frecuentes ausencias. Eres de mi vida una asignatura pendiente, un capitulo inconcluso algo que nunca sabre si pudo haber sido bueno o desastroso.
Y aunque en el tiempo en que llevo tratándote solo hemos sido amigos eso no evito que mi corazón por ti se haya sentido atraído. Me enamoré primero de tus ojos y luego de tus chistes. Me deje llevar poco a poco por tu buen trato olvidándome por completo de mí y creando una ilusión que cegaría mi corazón.
Fui torpe, fui tonta llegué a creer que conmigo podrías tener onda. Me reí de tus chistes, me preocupe por tus cosas y estuve pendiente de tus reacciones pensando que eso sería suficiente para que supieras que buscaba conquistarte. Debí haber enviado una señal más clara así hoy sabría si entre los dos podría haber habido algo más que una simple amistad.
Pero «lo hecho, hecho» esta me dice la gente; «a lo hecho, pecho» me aconsejan mis conocidos; y «dar vuelta la pagina» me recomiendan los terapeutas. Mas es fácil opinar desde afuera decir que hacer o cómo reaccionar ante una u otra situación. Sin embargo cuando se esta sumido en dicha situación es altamente complicado y complejo desenvolverse dentro de la misma. Nos cuesta determinar qué está bien o qué está mal, qué hacer y qué no, cómo actuar o cómo reaccionar y esto se debe a que tenemos comprometidos los sentimientos y los pensamientos. Nos encontramos con el juicio nublado y no deseamos escuchar a nadie a pesar de que quien nos hable pueda tener razón.
En estos momentos estoy en lo que se llamaría fase de aceptación, es decir que he aceptado que ni ahora ni en un futuro cercano o lejano has de ser mío. Me falta nomas llegar a la fase de resignación en la que daré por terminado todo este desilusionado asunto y podré al fin continuar adelante buscando a quien me haga estar feliz y bien conmigo misma.
Por suerte atrás quedó la etapa de la negación en la que me negaba a soltarte, en la que me inventaba mil y una historia para justificar tu actitud distante y esquiva y en la que soñaba constantemente con conquistarte, con tenerte y con besarte.
Más debo admitir que hay días en los que la soledad le gana a mi alegría y me trae el recuerdo de tus ojos, de tu pelo, de tus manos, y de tu sonrisa haciendo que te piense y te sueñe sin poder contener, a raíz de eso, las lagrimas y sollozos que se escapan rápidamente de mis ojos. Y es que siempre serás en mi vida un capitulo inconcluso que no podré olvidar jamás.

FIN

 Alexiss Mocçia®

martes, 17 de mayo de 2011

Escapar



(el crédito de la imagen no es mío)


Tus ojos
me miran absortos,
no creen lo que han visto,
al tiempo que tus oídos
no dan crédito
a lo que me han escuchado decir.


Pero es que así
están las cosas entre nosotros dos:
No puedo seguir aferrada a una caduca ilusión.
Y me canse de esperar tu decisión.


Hasta ahora no me has dado ningún indicio
que me indique que me darás tu amor.
Y como no es muy seguro que vaya a mandar en tu corazón
mejor me voy.


No estoy hecha para sufrir
ni en una mentira vivir.
No deseo llorar
ni quiero rogar
por una ínfimas migajas de amor.


Lo que más deseo es un amor sincero, real,
duradero y leal;
y eso a tu lado no lo he de encontrar,
por eso es que decido escapar
de esta trampa mortal.


 Alexiss Mocçia®

viernes, 18 de marzo de 2011

Promotor de Fantasías (basado en el mito de Narciso)


El despertador sonó a las siete de la mañana, del que sería uno de esos días agitados, en la vida de un joven promotor de ventas de telefonía celular.
Desayunó apurado, dos tostadas con queso blanco, café sin azúcar y jugo de naranja.
Ya duchado y perfumado, vestido de traje, saco y corbata, impecable, se irguió frente a la puerta del ascensor. Con su sonrisa blanca y maletín en mano, mirándose en el espejo del ascensor, dio los últimos retoques a su pelo rizado.
Había una adolescente, que lo miraba de reojo todas las mañanas, al salir del edificio, y era, ante sus ojos, único entre los demás.
Su mirada seductora se pondría en acción una vez más, dejando en su camino, los suspiros de las muchachas que lo verían pasar.
Así llegó a su puesto de trabajo, irradiando personalidad, segura su voz y su andar, allí estaría durante ocho largas horas, destellando simpatía y fugaces fantasías para quien gustara acercarse a preguntar por el producto de línea más popular.
Luego llegó la hora de volver a casa, risas con los compañeros, participando de las bromas y los chismes con total frivolidad. Llegó a la misma hora, a las nueve, sin dejar de pasar, antes, por el gimnasio, para que cada músculo y cada gesto no deje de estar en su lugar.
De regreso en el elevador, el espejo le devolvió su imagen de galán, una ducha rápida, una comida Light, un agua mineral y a descansar.
Mañana sería otro día, donde el show volvería a comenzar. Un casting de publicidad lo esperaría, y que quizás llevaría su belleza a la inmortalidad.
La joven niña que día tras día lo miraba enamorada, solo recibía una esquiva mirada, que pasaba y se iba.
Pero esa otra mañana no sería igual a las demás, pues tres individuos irrumpieron violentamente en el local, exigiendo la recaudación. Encerraron a las dos empleadas en el baño, y ataron a él y a su compañero, de pies y manos.
Al no encontrar dinero suficiente, se llevaron los equipos de telefonía y no conforme con ello prendieron fuego el lugar.
Tras el momento de desesperación y miedo, con la llegada de los paramédicos, la policía y los bomberos, los pudieron liberar.
Las llamas que comenzaron en el box de este joven Adonis, afectaron su rostro, que jamás volvió a recuperar. A partir de aquí evitó los espejos, y aquella joven enamorada jamás lo volvió a mirar.
Él se ha sentido muerto en vida, desde ese día, al ser ignorado por los demás.
FIN
 Alexiss Mocçia®