Una copa de
sidra
y las doce
pasas de la vida.
Se rememoran
días,
mientras los
villancicos nos contagian alegrías.
Si piensa en
el brindis
y yo pienso en
mi dulce desliz.
Y es que quien
iba a decir
que con un
beso robado iba ser tan feliz.
Sonrío al
intuir,
que tú también
piensas en mí.
Pero la
realidad me hace frágil
ante ese
mensaje tuyo que reza «ojala estuvieses aquí».
No quiero
llorar en noche de fiesta
pero es real
que quisiera estar en donde tú estás.
Nada está
completo sin tu voz
y nada me
gusta más que hacer las cosas de a dos.
Suena las doce
en el reloj de péndulo.
Alzo la copa y
digo «Salud» sintiendo que se me forma un nudo.
Tomo de un
sorbo ese dulce líquido
y pienso en tu
ambrosía que es mi dulce delirio.
Nos faltan
tantas caricias
que no nos
queda más que invitarnos otras vidas.
Pero esto que
hoy toca lo quiero contigo
porque una en
dos, desde hace tiempo, hemos sido.
Nos faltan
tantos besos
que en cada
año nuevo escribimos promesas en un álbum de deseos.
Y yo guardo
algunos «te extraño»
que a veces cuelo
en el viento.
Sé que te
reirías
de estas ocurrencias
mías,
pero las tuyas
sumarías
porque te
sobra picardía.
Y en eso vamos
día a día
robándole páginas
en blanco a la rutina,
para escribir
con alegría
la historia de
tu alma y la mía.
Alexiss
Mocçia®
(El crédito de la imagen no es mío)