Perdida
entre tus brazos,
recuerdo
lo que me costó ser la dueña de tus besos.
Besando
tiernamente tus labios,
caigo
en cuenta de lo mucho que te amo.
Mirando
tus tiernos ojos marrones,
siento
que para amar nunca es tarde.
Rozando
tu suave y rosada piel,
voy
jurándote que siempre te seré fiel.
Jugando
con tu negro y ensortijado pelo
descubro
que tu ausencia sentiría como un doloroso duelo.
Y
disfrutando de este tiempo, los dos juntos,
comprendo
que tú eres mi lugar seguro.
Alexiss Mocçia®